Presentamos 10 carreteras peligrosas consideradas entre las más difíciles del mundo para conducir por ellas, y como dato extra, un complicado pero maravilloso vial cubano.
Carreteras peligrosas
Atlantic Ocean (Noruega)
Aunque sea una de las mejores carreteras del mundo, por su construcción y mantenimiento, el vial se extiende por una zona paradisíaca pero muy peligrosa: fue construida a través de una serie de pequeñas islas para comunicar comunidades remotas, que, si bien tiene el beneficio de exhibir a los conductores paisajes increíbles, también los expone a la furia del mar de Noruega. La carretera además se inunda comúnmente cuando hay mal tiempo.
Luxor-Hurghada (Egipto)
Son 480 kilómetros de carretera que unen dos centros turísticos en Egipto, llamada Luxor-al-Hurghada. Sin embargo, existe una falta total de instalaciones como estaciones de servicio, y hay un gran número de grupos violentos que asaltan a quienes por allí pasan. De noche, y debido al miedo, muchos conductores se mueven a grandes velocidades con las luces apagadas, por lo que se han producido grandes accidentes.
Skippers Canyon (Nueva Zelanda)
Se trata de una carretera sin pavimentar que serpentea en muchas de sus zonas. El paisaje es increíble y bello, pero la vía es extremadamente estrecha, tanto así, que muchas veces pareciera que es de una sola dirección, con el peligro de que aparezca otro coche en dirección contraria frente al auto.
Avenida de la Commonwealth (Filipinas)
Esta autopista de varios carriles se encuentra en Ciudad Quezón. El problema es que no tiene semáforos, letreros, señales o límites de velocidad alguno. Como resultado esta inmensa carretera, que en algunos tramos puede llegar a ser de hasta 18 carriles, suele contar con una media de cinco accidentes diarios.
Eyre Highway (Australia)
Para muchos la carretera más solitaria del planeta, con 1 660 kilómetros que conectan el sur con el norte de Australia. Eyre (conocida también como Slaughter Alley) es prácticamente recta y no tiene apenas precipitaciones, lo que pudiera preverse como algo positivo; sin embargo, al no tener casi tráfico ni giros al volante, después de conducir horas así es fácil no ver el cruce de un canguro o del paso de un tren de carretera cada algunos kilómetros y por la noche, es común quedarse dormido.
Dalton Highway (Alaska)
La autopista James Dalton en Alaska ocupa 666 kilómetros de carretera, de los cuales, el 75% está sin asfaltar. Ese enorme tramo pasa por varios lagos congelados y toma dirección al norte a través de la tundra ártica. Lo más frecuente es encontrarse camiones durante la ruta.
Camino a los Yungas (Bolivia)
También conocida por muchos como “camino de la muerte”. Construida en la década de 1930, es un camino en el lado de una montaña, a 4 500 metros de altura sobre el nivel del mar y con una longitud de 80 kilómetros, la mayor parte de ella sigue sin pavimentar. En su mayoría, la carretera es solo lo bastante ancha como para un vehículo.
Sichuan-Tibet Highway (China)
Abierta en 1954, la carretera conecta el suroeste de China con el Tíbet. El camino está en gran parte sin pavimentar y atraviesa varios pasos de montaña en su camino. Esto significa pasar horas atrapado entre conductores y a una altitud de 5 000 metros. En medio del mal tiempo y el barro, alcanza más de 2 140 kilómetros donde se combinan pendientes escalofriantes.
Fairy Meadows (Pakistán)
Al inicio puede parecer normal, pero al final se estrecha tanto que debe ser completado a pie. El camino es a una gran altura y está repleto de descensos, pues esta carretera es la ruta de acceso para cualquiera que planea escalar Nanga Parbat, la segunda montaña más alta de Pakistán.
Zoji La Pass (India)
Un camino de tierra sin quitamiedos o guardaraíl que por demás es atravesado frecuentemente por ganado que transita el tramo. A ellos se le suma un gran acantilado a un lado durante 9 kilómetros de pura emoción.
Viaducto de La Farola (Cuba)
Para muchos es esta la carretera más peligrosa de Cuba, zigzaguea entre las montañas orientales y a sus bordes se asoman los abismos. Está considerada como una de las siete maravillas de la ingeniería cubana. La Farola comenzó a construirse en 1964 y se concluyó un año después. Algunos han llegado a compararla con las carreteras de los Alpes suizos por la complejidad que entrañó su ejecución y la magnitud de la obra.
