Prácticamente a la velocidad de un rayo, en apenas tres meses Alfa Romeo concibió el 4C Concept, a finales de noviembre le dio el visto bueno y decidió llevarlo al Salón de Ginebra en marzo, con tan buena acogida por parte del público en la afamada muestra helvética que al final resolvió convertirlo en una realidad para el mercado a partir de 2012.
De ahí que, sí, este coupé deportivo puro con dos plazas y tracción trasera desembarcará en los concesionarios el año próximo, experimentando solo unos leves retoques en los faros y parachoques, pues el resto va como se ha visto. Un calco íntegro.
Nacido de la ”pasión“ en el Centro Stile de Fiat, en Turín, como le gusta decir a su artífice Lorenzo Ramaciotti —quien antes trabajara en Ferrari y Pininfarina—, el 4C evoca al 33 Stradale, el Alfa Romeo más célebre con motor central que supuso una ruptura a finales de los años 60 por su innovador diseño, aunque también ajusta su lenguaje a los nuevos tiempos adoptando elementos de los Alfa 8C Competizione y 8C Spider como los grandes faros redondos traseros, que también recuerdan a los nuevos Ferrari.
No en vano su herencia deportiva le permite beneficiarse de la maestría alcanzada por el fabricante italiano, con el motor de gasolina 1 750 turbo de inyección directa y 200 CV que ya porta el Giulietta Quadrifoglio Verde y el cambio automático Alfa TCT de doble embrague y seis velocidades presente en el Mito.
El 4C, sin embargo, va un poquito más allá y adelgaza su carrocería compacta a solo 850 kilogramos, mediante la aplicación de materiales como el aluminio y la fibra de carbono que le permiten maximizar sus 
prestaciones partiendo de una relación peso potencia inferior a 4 Kg/CV. Liviano como una pluma, pues, el resultado es inequívoco y el nuevo modelo acelera de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos, listo para romper la barrera de los 250 km/h.
Y eso, sin mencionar las posibilidades que regala la tecnología Alfa DNA, a la hora de elegir entre tres modos de conducción (Dynamic, Normal y All Weather) en función del tráfico, las condiciones climatológicas o las ganas que tenga uno de darse oportunamente un pequeño homenaje. Al fin y al cabo, el 4C es esencialmente la genética deportiva de Alfa Romeo trasladada al siglo XXI.