La nueva generación del BMW M5 está en el horno y pronto verá la luz en el venidero Salón de Shanghái, pero la casa bávara ya se ha adelantado en publicar varios de sus datos técnicos y fotografías oficiales, luego de que en Internet se filtraran hace pocos días sus primeras imágenes.
Así, aunque solo se trata de un prototipo y por ende algunos de sus elementos estéticos pueden variar en el modelo de producción, lo cierto es que el nuevo M5 perpetuaría el mismo talante visual contundente y a la vez sobrio de sus predecesores.
No obstante, varios matices en su diseño nos revelan un vehículo que, sin limitaciones electrónicas, rondaría los 310 km/h de velocidad tope (que el fabricante dejará en 250 como es habitual): branquias en las aletas delanteras, frontal musculoso con alerón integrado y generosas tomas de refrigeración, parachoques trasero con deflector aerodinámico, dos salidas doble de escape…
En tanto, el toque de la filial deportiva Munich M GmbH se deja ver en toda la tecnología de competición que relanza a este modelo como el rey de las prestaciones entre los sedanes de clase Premium y un auténtico símbolo dentro de la gama BMW, capaz de rivalizar con los mejores Gran Turismo del mercado como Porsche, Ferrari, Lamborghini, Lotus…
Y es que por rendimiento no cede ante ninguno, pues la musculosa silueta del M5 Concept no deja lugar a duda del poderío que late bajo su piel, con el salvaje motor V8 4.4 de la familia M TwinPower Turbo que 
garantiza las sensaciones más vibrantes a sus pasajeros y supera la potencia máxima desarrollada por este propulsor en los BMW X5 y X6 M, con un valor entre los 550 y los 600 CV.
Por si fuera poco, la compañía alemana señala que, frente al V10 de su antecesor, dicha mecánica reduce el consumo de 14.8 a 11.1 l/100 km, gracias también a la inclusión del sistema de arranque y parada automáticos Auto Start Stop y a la caja de cambios doble embrague y siete velocidades DKG, que realza la esmerada dotación electrónica de BMW. Todo para hacer de este modelo otra genuina exquisitez. A quién no le gustaría entonces darle una probadita.