Chevrolet Special Deluxe Convertible 1941

Creado: Lun, 26/10/2009 - 16:42
Créditos
Jorge Esténger

Corría el año 1941, era la época del holocausto. Millones de seres ya habían muerto en la Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial (S.G.M.), mientras la América del Norte aún se embelesaba por los nuevos modelos de su industria automovilística. Resulta sarcástico que justo ese año Norteamérica produjera la cifra record, para esa época, de 4.3 millones de unidades.

Este fue también el año de la despedida para Hupmobile y Willys-Overland, firmas que abandonaron el sector automotor. Dentro de esa bonanza los convertibles vivieron tal vez su mejor época, llegando a acaparar el 2,7 % del mercado con cerca de 100 000 vehículos de ese tipo vendidos en ese año.

Nuestra página de hoy está ocupada por el Chevrolet Special De Luxe convertible de ese año, el cual con una producción de 15 296 vehículos resultó el segundo convertible más vendido ese año, sólo superado por su ”primo“ de GM: el Buick, y aventajó ampliamente al Ford, su eterno rival. Ya desde el año anterior la posición de Chevrolet se había afianzado al superar a Ford por primera vez, gracias a la salida del modelo Royal Clipper de elegante diseño y aún catalogado por muchos como un mini Cadillac ó Buick, y el auto de mejor apariencia de Chevrolet en mucho tiempo. Así, Special De Luxe sale para consolidar la posición ya alcanzada, lo cual logra, no por su rendimiento (su pobre motor seis en línea no podía con el ritmo de los V8 de Ford) sino por su presencia más cuidada y elegante. Este aspecto cobra mayor mérito debido a que tanto Ford como Mercury fueron rediseñados para ese año.

La producción total de Chevrolet para 1941 alcanzó el millón de vehículos (por 700 000 de Ford) cifra que representa el 23 % de la producción global de la industria ese año. Impresionante. Pero cifras aparte este vehículo es portador de la tendencia de una época. Se pueden observar el capó y los guardabarros claramente diferenciados, debido a la mayor altura necesaria para dar cabida a los motores en línea empleados en aquel entonces de carrera mayor al diámetro; la concepción en forma de torpedo de su carrocería y las líneas redondeadas de su maletero y guardabarros traseros. Las luces y cristales aún no ocupaban un espacio considerable y el brillo del cromo deslumbraba desde las vistosas parrillas delanteras y adornos laterales en forma de cintillos, logos y nombres de marcas y modelos.

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Jorge Esténger