Bastó el golpe seco del martillo para que otro hito se adentrase en la historia, o lo que es lo mismo, para que otro Ferrari figure como el auto más caro del mundo. A ese raro privilegio accedió un 250 Testa Rossa de 1957, tras ser rematado en un precio récord de 9 220 000 euros durante la subasta ”Leggenda e passione“ (Leyenda y pasión) que organizaron RMAuctions y Sotheby´s en la factoría de la casa italiana en Maranello.
De ese modo, este selecto miembro de una serie de 34 unidades desplazó al 250 GT California Spyder de 1961 que, habiendo pertenecido durante 20 años al artista estadounidense James Coburn, fue vendido en 7 060 000 euros el año pasado.
Originalmente pintado de blanco, este 250 TR debutó de la mano del italiano Piero Drogo con un cuarto puesto en los 1 000 km de Buenos Aires en 1958, para luego competir en Norteamérica.
Aunque los organizadores esperaban en un principio que el modelo alcanzara los 12 millones de euros, la cifra final aportada vía telefónica por su comprador no es nada desdeñable. No señor, con ese dinero bien pueden adquirirse más de mil Chevrolet Corsa Classic 0 km. Casi nada.