El primer Clase E aún rueda en La Habana

Creado: Lun, 26/10/2009 - 16:42
Créditos
Jorge Esténger Wong

Los automóviles Mercedes son codiciados hoy en todas partes del mundo, sus prestaciones hacen las delicias de infinidad de propietarios y los sueños de millones de admiradores que conservan día a día la esperanza de poseer uno de ellos. Imaginen entonces cuál puede ser la sensación que se experimente cuando se es dueño no de un modelo actual (por muy extraordinario que sea) sino de un vehículo histórico como un Mercedes Benz 180 D Pontón.

Esta es la suerte que le ha tocado en vida a Pavel Lamelas, actual propietario del vehículo que admiramos en estas páginas. Luego de un feliz matrimonio, en el cual la pasión por su esposa aún supera la que siente por este auto, encontró que su nueva familia tenía un miembro mimado por todos y al cual se dedicaban infinitas atenciones. Adquirido por el mayor de tres hermanos, fue pasando de uno a otro y finalmente el menor de todos, suegro de Pavel, lo puso en sus manos cuando la vida hizo evidente que el obstinado Mercedes le sobreviviría.

Desde hace unos ocho años Pavel se ha encargado de hacer rodar al venerado automóvil. Amante desde pequeño del automovilismo, comenzó a redondear la idea de mejorar las condiciones del vehículo, sobre todo al percatarse de que en realidad este mantenía un buen estado general. Hace unos cuatro años Pavel comenzó la restauración de la carrocería, dañada sobre todo en las bóvedas delanteras alrededor de las luces de carretera, las cuales por su diseño resultan un verdadero nido para la humedad y el fango.

Retocó algo las puntas de las puertas y eso fue casi todo. En realidad, Pavel fue muy afortunado. Al pertenecer toda una vida este auto a una misma familia fue cuidado con esmero. La vida, por su lado, hizo lo suyo y lo mantuvo lejos de accidentes que hubieran dañado la buena línea que mantienen solo aquellos ejemplares de pocos dueños y vida sosegada: ese es exactamente el caso de este Mercedes 180 D Pontón.

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Jorge Esténger Wong