Cuando parecía, con el acuerdo entre la FIA con la FOTA, que las aguas tomaban su nivel en la prueba reina, los anuncios de la retirada de BMW Sauber, Toyota y el posible abandono de Renault (al menos como equipo) han arreciado la tormenta que tiene a la máxima categoría del automovilismo en un agónico vaivén. Ya se conocía de antemano la salida de BMW Sauber, y el pasado miércoles lo confirmó Toyota. Por su parte Renault tomará una decisión sobre tres opciones: se queda con el estatus actual, se mantiene como proveedor de motores o se retira por completo.
La máxima dirección de la FIA está estudiando la posibilidad de llevar a los tribunales al equipo nipón, el cual se había comprometido a participar en competición hasta 2012. Ahora, el mayor productor de automóviles del mundo culpa a la crisis financiera por su inesperada decisión, aunque se sabe que además de eso influyen los malos resultados de las últimas temporadas.
En un comunicado de la FIA, dado a conocer el pasado miércoles, expresó: "La FIA ha avisado repetidamente que el deporte no puede ignorar la crisis económica mundial. Por ello se les ha pedido a los equipos participantes que recorten gastos y se ha alentado la entrada de equipos independientes," explicaba el comunicado de prensa.
"La FIA aceptó las medidas de reducción de costes propuestas por los equipos sobre la base de que garantizarían un compromiso a largo plazo con el campeonato. El anuncio de Toyota demuestra la importancia de las medidas originales propuestas por la FIA.
"La FIA trabajará ahora para asegurar que la marcha de Toyota se haga de forma que no afecte a los intereses del campeonato y seguirá alentando a los equipos de F1 a tomar las medidas necesarias de recorte de costes por el bien del deporte," concluía el comunicado.
La tapa al pomo la puso el equipo francés. Renault anunció, la semana pasada, que está estudiando su permanencia en la máxima categoría y tendrá que decidir antes de fin de año. La actuación del equipo en el finalizado curso, el escándalo Briatore vs. Piquet y la marcha de Alonso a Ferrari, son razones de peso para pensar que la escudería francesa no formará parte de la parrilla 2010.
Es por eso que los de Maranello están presionando para que no entren nuevos equipos segundones y le permitan a los equipos fuertes un tercer monoplaza. Así Ferrari sueña despierta, con la idea de que Schumacher vuelva a las pistas en 2010. Aunque la estrella alemana no ha descartado esa posibilidad, en realidad parece poco probable. Ya vimos que, tras el accidente de Massa, el siete veces campeón del mundo no pudo sustituir al brasileño por problemas físicos.
De momento, los equipos se preparan para la pos temporada.