Para muchos especialistas los autos de hidrógeno representan el futuro del automóvil, al combinar la ecología de los eléctricos y la autonomía de los modelos de combustión. Hyundai se consolida como un protagonista del mundo automotriz actual al presentar su tercer prototipo con esta tecnología, el iX35 FCEV, el cual será el primero que se fabricará en serie y llegará realmente hasta las calles. Veamos.
Por su elevado coste de producción no todas las marcas pueden incluir un modelo a base de hidrogeno en su carpeta de productos. Es, sobre todo, un ejercicio de criterio y una declaración de poder, algo así como: estamos entre la vanguardia hoy y ya trabajamos para el futuro. Por eso Hyundai acaba de presentar el iX35 FCEV (vehículo eléctrico de célula de combustible, en inglés), con prestaciones adecuadas para poder cumplir como coche único para todo, pues con sus 160 CV, recorre hasta 588 kilómetros por depósito, acelera de 0 a 100 en unos 12 segundos, logra hasta 160 km/h y solo expulsa vapor de agua por el escape, ¿alguien quiere más?
Quienes han podido examinar el vehículo afirman que posee, además, una excelente terminación y ajuste. No es un modelo para romper records: no contamina, se desplaza con suavidad sobresaliente y apenas hace ruido. Estaría bien que fabricaran más coches así. En ciudad el silencio es casi total. Solo a partir de los 40 km/h, empezamos a oír a los neumáticos al girar sobre el asfalto. Por seguridad, hasta 20 km/h se emite un leve pitido para alertar a los peatones. La sensación al acelerar es otro aspecto diferente frente a los automóviles convencionales: responde al instante, sin titubeos, y gana velocidad sin apenas ruido, con gran progresividad y sin interrupciones. El diseño mantiene la imagen de marca de la actual generación de modelos Hyundai en el mercado, salvo por la parrilla frontal y los anagramas específicos que identifican el empleo de hidrógeno. En el interior se conservan las cinco plazas y el maletero de 465 litros de los iX35 convencional.
La mecánica, eso sí, es completamente diferente: motor eléctrico, batería y la célula de combustible, que es donde reaccionan el oxígeno del aire y el hidrógeno del depósito para producir electricidad y vapor de agua como residuo, que es lo único que sale por el escape. La electricidad se utiliza para mover el vehículo a través del motor eléctrico, y la batería sirve de apoyo en determinadas situaciones, como sucede en los modelos híbridos. Así se refuerza la eficiencia de la célula de combustible y aumenta la autonomía. La célula entrega al motor eléctrico 136 CV, y la batería, otros 34 CV, aunque la potencia total se queda en 160 CV. El cambio automático ya no tiene marchas, solo adelante y atrás, y la tracción es delantera.
La tecnología de hidrogeno solo se comenzará a ofertar en la gama Hyundai, pues no existen planes de incorporarla a Kia por el momento.