Aprovechando la pasarela automotriz del reciente Salón de Tokio, Porsche ha presentado en primicia mundial su flamante todoterreno compacto Macan, con el que planea incursionar en un nuevo segmento del mercado.
Dicho y hecho, para ello ha concebido este modelo, que compagina una silueta muy atlética y estilizada, claramente inspirada en el diseño del Cayenne, con la plataforma del Q5 de Audi, aunque a la vez posee un enfoque mucho más prestacional que el SUV de los cuatro aros, gracias a la dinámica de conducción característica de Porsche.
No en vano, lanzado inicialmente en las tres versiones Macan S, Macan S Diesel y Macan Turbo —la rumoreada hibrida queda en stand by por el momento—, en sus dos variantes S saldrá a la venta con dos bloques V6 de tres litros y una potencia máxima que oscila entre los 340 CV y los 258 de la opción diesel.
Mientras, el tope de la gama lo marcará la versión Turbo que galopa a lomos de un propulsor naftero V6 de 3.6 litros y 400 CV, capaz de alcanzar los 266 km/h de velocidad tope y acelerar de cero a cien en 4,6 segundos.
En cualquier caso, eso sí, todas estarán asociados a la transmisión de doble embrague y siete velocidades PDK, así como a la tracción total que incluye el sistema activo PTM (Porsche Traction Management), además de incorporar el volante deportivo multifunción, el Porsche Torque Vectoring Plus, las luces dinámicas o el portón trasero con accionamiento eléctrico, entre otros elementos de equipamiento. De ese modo, la firma alemana ha desembolsado alrededor de 500 millones de euros para implementar la fabricación del Macan en su factoría de Leipzig, con una capacidad anual de 50 000 unidades.