Este verano promete ser largo, mas no para Volvo, que ya labora arduamente en el proyecto DRIVe Towards Zero, junto a la compañía eléctrica Vattenfall, en pos de desarrollar una nueva generación de híbridos viables para el mercado mundial que saldrían a la venta antes del 2012.
Según hizo trascender la propia firma, la tecnología consiste en un módulo de baterías, recargables en un enchufe convencional, que accionan un motor eléctrico, evitando cualquier tipo de emisión, gracias a un sistema que se complementa con los motores diésel de alta eficiencia que funcionan a partir de diésel sintético. De ello se desprende que estos híbridos ”enchufables“ reducirían drásticamente las emisiones de CO2 a menos de 50 g/km, siendo por demás la solución óptima para el consumo urbano.
Con este anuncio, la franquicia sueca se sumó a otras automotrices que también trabajan ya en función de producir vehículos alternativos, toda vez que compañías como Fisker, GM y Toyota han afirmado que empezarán a vender vehículos híbridos ”enchufables“ en los EEUU en un futuro no muy distante.
No obstante, cabe señalar que al programa DRIVe Towards Zero Volvo añade otras investigaciones para reducir los consumos y emisiones, entre las cuales destacan la configuración DRIVe (ya presente en los C30, S40 y V50) que ofrece una baja resistencia aerodinámica y los modelos Flexifuel (en los C30, S40, V50, V70 y S80), cuyo motor funciona con gasolina o E85.
Y tampoco hay que olvidar el modelo V70 2.5 FT Bi-Fuel, que estará a la venta a partir de este año, pudiendo funcionar con gasolina, bioetanol, gas natural, biogás o hidrometano (metano con un 10% de hidrógeno); además de los motores GTDi de gasolina, que exhiben una disminución de consumo y emisiones de hasta un 30% frente a un motor de gasolina convencional. De ahí que nada se le puede reprochar a Volvo como claro referente de la ecología en el mundo automovilístico. La cuestión ambiental continúa siendo su prioridad.