Esta nueva versión del popular modelo de Toyota viene a convulsionar la gama para hacerla estallar con 212 CV de potencia. Veamos qué hace este auto con semejante potencia.
Una barbaridad. Esto es el Yaris GRMN, la versión de la gama que coloca un motor cuatro en línea, de 1.8 L de cilindrada y sobrealimentado por un compresor. De esta configuración Toyota saca unos contundentes 212 CV de potencia máxima a 6800 rpm, pudiendo girar el motor hasta las 7000 vueltas, cuando llega el corte de inyección. Bestial.
Recuerden que hablamos de un auto compacto, de 3.95 m de longitud y apenas 1 210 kg de peso. Por esa razón –y porque la potencia es alta y el giro rápido– todo lo que hace el motor dispara al GRMN de forma explosiva, sobre todo por encima de las 4000 vueltas. Su respuesta a bajas revoluciones también es buena, de hecho es tan buena, que en una conducción despreocupada en el entorno urbano no hay que estar pendiente del cambio de marchas.
GRMN está basado en el del Yaris que compite en el Mundial de Rally y se distingue del resto de la gama por unos parachoques diferentes, un difusor aerodinámico posterior, una salida de escape central de grandes dimensiones y un alerón trasero pintado en color negro. El color de la carrocería siempre es blanco y hay adhesivos de colores rojo y negro. En el habitáculo, además de los asientos tipo baquet, tiene pedales de aluminio y un cuadro de instrumentos de diseño específico.
El comportamiento de esta versión del Yaris es excelente, gracias a las mejoras en el chasis, suspensión y frenos. Se logra así una tracción excelente, ayudada por un diferencial Torsen y por unos neumáticos Bridgestone 205/45 R17. Dejando una clara sensación deportiva que se complementa con el sonido que nos llega desde el motor. Y es que el GRMN no es un coche silencioso, el ruido del motor penetra de forma clara en el habitáculo, sobre todo en las aceleraciones, en las que se oye claramente el sonido de aspiración de la admisión.
Las marchas se pueden engranar de manera rápida y con precisión y los frenos –discos en las cuatro ruedas– tienen pinzas de cuatro pistones y discos rayados. El equipamiento es sencillo. Donde sufre el GRMN es en el completamiento. Los mayores lujos son el sistema de entrada y arranque sin llave, el climatizador con regulación doble y el navegador. No hay asistentes a la conducción ni siquiera unos faros que no sean halógenos.
