Abandonados, polvorientos, oxidados, a merced del tiempo, la humedad o el destino reaparecen autos o lotes por el mundo, que no han corrido con la misma suerte de los que poseen los coleccionistas.
Las historias no dejan de sorprendernos, las más comunes son los que afloran en graneros, naves, bosques, estacionamientos o ciudades.
Pero hay otras historias de “hallazgos” muy particulares, como las decenas de coches, de la década del 30, con las que se topó el profesor y fotógrafo belga Vincent Michel, en un túnel de una antigua mina francesa y que es todo un misterio o el Bugatti Type 22 Brescia de 1925 sumergido durante 75 años en un lago del norte de Italia y Suiza sobre el que se especula el por qué de la inmersión, aunque para su suerte fue rescatado en el 2009 y expuesto tal y como está, con su herrumbre, en el Museo Mullin de Oxnard, California.
Otro caso es el del Ferrari Dino 246 GTS de 1974 enterrado en un patio por indicaciones de su dueño para cobrar el seguro o los 200 autos nuevos, 0 km, abandonados en un depósito de Dinamarca desde 1981 esperando por su benefactor para salir a la luz y la increíble suerte de 9 Subaru, sin matricular, abandonados hace más de 20 años en un concesionario, en la isla de Malta.
