
Ha pasado una semana después del GP de Turquía donde los Red Bull colisionaron, en un momento en que todos daban por hecho el doblete de los dominadores de la pole position y de tres de las siete carreras celebradas. La gran polémica es definir ¿quién fue el culpable? Y aunque la inmensa mayoría de la afición acusa al joven piloto alemán, tengo razones para, esta vez, estar de acuerdo con Mosley culpando a Webber.
La primera razón, que tiene menos peso, es que Vettel era mucho más rápido que el australiano. Y tiene menos peso porque nadie le dio la orden, que no bebe pasar nunca, que dejara adelantar a su compañero de equipo. Ya Alonso fue más rápido que Massa en este curso, y gracias a Dios – para que no pase en Ferrari lo que sucedía cuando corría Schumacher de rojo- nadie le dijo al brasileño que dejara pasar a Fernando.
Pero la segunda razón, en el caso que nos ocupa, es que Vettel además de demostrar que era más rápido que Webber (por los cronos), pudo meterle medio monoplaza por dentro en la entrada de la curva. En las carreras, quien haga con éxito una maniobra como esa tiene la preferencia, quien va por dentro y rebasa la tiene, eso es así desde siempre.
La justificación de Mark de que no lo vio, que él siguió su trayectoria, no lo justifica. Él debió darle espacio a un coche que claramente era más rápido que él y que ya lo había rebasado, al menos por medio monoplaza; además, era su compañero de filas. Vettel hizo una seña, después del accidente, que pocos entendieron en ese momento, hasta lo tildaron de prepotente y autosuficiente. Pero Sebastien dijo con mímicas lo que pensaba: ”Webber está loco“.
Y no deja de tener razón, porque cómo vamos a correr contra rivales que quieran mantener su posición a toda costa y costo, sin tener en cuenta los daños que pueden causarle a otros. La F1 no es un baile, ni una fiesta de niños, tiene muchísimos riesgos, más de los que muchos se imaginan. Pero la caballerosidad y el respeto a los rivales son cosas que no debieran perderse nunca.
Al parecer, los pilotos de Red Bull limaron asperezas. Ojalá, porque los de la bebida energética están luchando de llenó por los dos títulos y sería una pena que, por una pugna entre sus drivers, tiren por la borda el campeonato. Veremos qué pasa el domingo en Canadá.