No puede verse de otra forma. Yamaha, que regresó a la gloria gracias al trabajo impecable de Il Dottore, ha dado la última prueba de su desagradecimiento. La marca de los diapasones anunció ayer que a la nueva moto, para 2011, solo tendrá acceso y posibilidades de probarla Jorge Lorenzo. De esta manera, no habrá que esperar al domingo para tener la certeza de que Valentino se irá a Ducati.
Rossi, que fue el preferido de Yamaha días antes de su accidente en Mugello, perdió el apoyo de la casa de Iwata cuando más lo necesitaba. Por otra parte, Ducati, que ya había quedado sin los servicios de Stoner para 2011, al firmar este con Honda, le sirvió la mesa al italiano con un contrato aún mayor que el que ostenta con Yamaha.
Ducati le pagará quince millones de euros por temporada al duende de Tavullia, uno más de lo que cobra ahora mismo y seis más de lo que Yamaha propuso pagarle el próximo curso. Así, la historia Rossi-Yamaha llega a un triste final, donde la marca japonesa de seguro se llevará la peor parte. Solo hay que pensar en quien desarrollará la nueva 1000 cc para 2012. ¿Serán Lorenzo y Forcada? Pudiera ser, pero no olviden que Honda, hace mucho, le tiene el ojo tirado al mallorquín y si se va con ellos Yamaha se quedará más sola que un pelo en la cabeza de un calvo.
Sin embargo, Il Dottore está centrado en las carreras que le quedan con la marca de los diapasones y no piensa en otra cosa que en ganar carreras. Rossi declaró recientemente: "El año pasado viví una gran carrera en Brno, aunque éste va a ser más duro porque no estoy aún completamente en forma, pero estoy deseando volver a estar sobre la moto. Aún queda media temporada y espero que sea buena. Me siento mejor tanto de la pierna como del hombro y confío en sentirme mucho más fuerte este domingo".