La pasada semana comentamos los avances de BMW en las motorizaciones diesel. Mini, que pertenece al grupo automotriz alemán, se ha activado en ese sector y traerá en la primavera de este año el diesel más potente de la marca inglesa. Estará disponible en todas sus versiones de carrocería: Countryman, Clubman, Cabrio y Coupé. Siendo el Coupé el más veloz de los cuatro en aceleración, con una velocidad punta que sobrepasa los 200 km/h.
El propulsor L4, cuatro cilindros en línea, sobrealimentado de 2.0 litros de desplazamiento, doble árbol de levas en cabeza (DOHC) y cuatro válvulas por cilindro (16 en total) genera una potencia de 143 CV a 4 000 rpm y un sorprendente par motor de 305 Nm a partir de las 1 750 rpm. El consumo es muy bajo –una media de 4.3 l/100 km-, al igual que las emisiones de CO2 que no sobrepasan los 114 g/km (son datos del Coupé). Contribuye al rendimiento el sistema Stop&Start de serie, sistema de recuperación de energía en la frenada y el indicador de marcha eficiente, en caso de optar por la caja mecánica.
Transmite al tren delantero, pero se puede solicitar con tracción total Mini All4. La transmisión de serie es manual de seis velocidades, aunque todas las versiones (Countryman, Clubman, Cabrio y Coupé) podrán 
contar con una automática de seis marchas. Alcanza una velocidad punta de 214 km/h, mientras que acelera de 0 a 100 km/h en 8.1 segundos. El dato de aceleración es del modelo Coupé, pero en las versiones restantes (con la excepción del Countryman) están por debajo de los nueve segundos.
Aunque los Mini tienen una línea particular, todos poseen sus peculiaridades. El Mini Cooper SD, mecánica diesel se diferencia del resto en: el mayor tamaño de las entradas de aire en el faldón delantero, la toma de aire del capó, la identificación SD en los laterales, el spoiler en el techo y la doble salida de escape al centro de la defensa trasera.