¿Cómo nació el Mini Cooper 970 S?

Creado: Lun, 26/10/2009 - 16:49
Créditos
Alberto Musella

A finales de la década del 50 el continente europeo se estaba reponiendo de las profundas heridas provocadas por la Segunda Guerra Mundial.

A esta dura realidad se sumaba la crisis del petróleo que hizo caer la venta de los automóviles grandes. Con semejante panorama las terminales automotrices se vieron en la necesidad de fabricar modelos pequeños y económicos.

Por ese entonces las fábricas Morris y Austin decidieron unirse y formar una nueva empresa para competir en un mercado que vislumbraban muy prometedor. Así se formó la British Motor Corporation.

Esta nueva compañía tenía el objetivo de fabricar un modelo compacto que pudiera competir en ese nuevo mercado. Para lograrlo confió en un inglés de origen griego, Alec Issigonis, por entonces jefe de ingenieros de la planta, que fue el verdadero ”padre“ del MINI, ya que venía pergeñando la idea de este modelo desde hacía tiempo.

Pero recién el 26 de agosto de 1959, hace 50 años, BMC presentó al público dos modelos casi idénticos: el Morris Mini-Minor y el Austin Seven. El auto no tuvo un aceptación inmediata. Tomó algún tiempo que aquel pequeño modelo que costaba menos de 500 libras llegara a ser exitoso. El Morris Mini Minor, que después sería conocido como MINI, fue el primer automóvil de serie con tracción delantera y motor transversal de 848 cc. y 34 CV de potencia máxima. Todo en solo 3 metros de largo, 1,1 de alto y 1,1 de ancho.

Los orígenes

El trabajo de Alec Issigonis empezó a concretarse en 1957 con un primer prototipo que utilizaba un motor existente y una carrocería cuadrada pensada para las calles londinenses de la época. Se trataba de un auto que tenía una capacidad para cuatro pasajeros además del equipaje. Sus medidas exactas fueron 3,05 metros de largo, 1,35 metros de alto y 1,40 metros de ancho. El motor era un naftero de 850 centímetros cúbicos con 34 caballos de potencia que permitía alcanzar una velocidad máxima de 115 km/h. Su peso era de apenas 600 kilogramos y su baúl de 195 litros. Lo más innovador para el momento fue la posición del motor, el cual se ubicó en forma transversal para ganar espacio; y la transmisión que se colocó en el cárter del motor para enviar la tracción a las ruedas delanteras. No se podía pedir mucho lujo interior. Era sencillo y solo se destacaba cierto estilo vanguardista en el tablero y en el volante.

Para probar sus performances, Leonard Lord, presidente de BMC, realizó una prueba de conducción y quedó asombrado, dándole luz verde al ”Proyecto MINI“. Cinco años después, en 1961, el ingeniero británico John Cooper presentó un proyecto a Issigonis para adaptar un motor deportivo en el MINI, que elevaba el propulsor hasta los 997 centímetros cúbicos y 55 CV con doble carburación. Esto terminó de dar su forma al místico MINI Cooper.

Con el ingreso de Cooper a la compañía, en menos de dos años las ventas se triplicaron. Pero lo que favoreció directamente este éxito comercial fueron los triunfos obtenidos en algunas competiciones como el Rally de Montecarlo, que el MINI Cooper ganó en 1964, 1965 y 1967. Además se convirtió en el primer auto inglés que ganó el Campeonato de Europa de Rallies. Los años fueron pasando y el prestigio del MINI Cooper alcanzó límites increíbles. En 1965 se fabricó la unidad 1.000.000 y en 1972 se llegó a los 3.000.000.

En 1964, ya consolidado como un representante deportivo, la firma inglesa presentó el MINI Cooper S con motores de 970 cm3, 1.071 cm3 y 1.275 cm3.

El preferido

El mundo entraba en una nueva década, los psicodélicos años ´60 estaban entre nosotros. Fueron épocas de búsquedas y rupturas. En la ciudad de Liverpool, en un local de rock and roll ubicado en el número 10 de Mathew Street, cuatro jovencitos empezaron a cambiar radicalmente la historia de la música. Al ritmo de los Beatles la venta del MINI creció hasta convertirse en un éxito.

El pequeño auto ya no era solamente una opción económica para las familias. Famosos personajes internacionales de la música, las artes y la ciencia lo adoptaron como un vehículo mítico e ideal para transitar por las grandes ciudades.

Los ’60 fueron años plenos de momentos de efervescencia social y la moda no era ajena a este espíritu. Mientras el cabello se usaba cada vez más largo, las faldas se hacían cada vez más cortas.

Desde un primer momento, los modistas de alta costura Paul Smith y Mary Quant se declararon fanáticos de este mítico automóvil. De hecho, en los años noventa Paul Smith hizo una serie limitada con unos colores muy llamativos y psicodélicos. Por su parte, la diseñadora Mary Quant se inspiró en el concepto MINI para inventar la minifalda. Esta mujer tampoco se resistió a diseñar un MINI, y lo hizo fijándose en el interior, donde los asientos presentaban una lograda combinación entre franjas blancas y negras. Recientemente se realizaron diversas ediciones especiales del Mini con las firmas de Missoni, Gianfranco Ferré, Donatella Versace, Diesel/Renzo Rosso y Mario Testino entre otros. Incluso la controvertida modelo Kate Moss prestó su nombre en 1999 para una de estas versiones limitadas.

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Alberto Musella