Después de ver el GP de Estados Unidos, en Laguna Seca, no tengo dudas: el Mundial es cosa de dos. Ellos son: Valentino Rossi (Fiat Yamaha) Casey Stoner (Ducati). Y no es que le reste mérito a Dani Pedrosa (Repsol Honda), pero a mi modo de ver las cosas al piloto catalán le hace falta algo más que un motor de válvulas neumáticas, para hacerle frente al campeón defensor (Stoner) y al maestro de maestros Valentino Rossi. Ambos han triunfado en cuatro carreras y son los máximos ganadores de la temporada.
Pienso, además, que Yamaha es la mejor moto de la temporada y sus resultados lo avalan: sus cuatro motos (dos oficiales y dos satélites) ocupan el primero, cuarto, quinto y noveno lugar. Honda también mantiene buen ritmo y cuatro de sus seis motos se listan en el top ten (2, 6, 7 y 10). Sin embargo, parece que Ducati es Stoner, porque de sus cuatro motos (dos oficiales y dos satélites) solo la pilotada por el australiano gana carreras, sube al podio y está entre los diez primeros.
Entonces hay que darle crédito a Stoner, que ahora es segundo en la lista de pilotos y ha subido su nivel en las últimas carreras. El duelo con Rossi en el trazado norteamericano demostró la garra del joven piloto, a pesar del error que cometió a pocas vueltas del final. De Valentino ni hablar, en el mano a mano es imbatible (y de esos ha tenido varios este curso), su ritmo de carrera es de ciencia ficción y sus deseos por recuperar el trono en la máxima categoría se le sale por la visera del casco.
Para mí el mundial es cosa de dos, pero si tengo que dar un favorito me voy con Rossi, porque está enfocado en el título, cuenta con la mejor moto, los neumáticos (Bridgestone) le están funcionando bien, tiene una ventaja de 25 puntos sobre Stoner y 41 sobre Pedrosa y es, además de todo esto, el mejor piloto de la parrilla.