Poniendo una vez más la tecnología al servicio de la eficiencia, Audi continúa inmerso en desarrollar soluciones que potencien el ahorro de combustible, especialmente en sus vehículos híbridos, y con ese afán se ha sacado de la chistera el nuevo sistema iHEV, que permite desconectar el motor cuando no se necesite.
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Así pues, si se activa la función de desacoplamiento del motor de combustión, la tarea de arrancarlo corresponde a un propulsor eléctrico integrado en la transmisión y accionado por una correa, mientras una batería de ión de litio garantiza el abastecimiento de energía, suministrando electricidad a la dirección asistida, el aire acondicionado o el servofreno.
Este sistema, además, puede combinarse con el novedoso Asistente de Eficiencia Predictor (PEA), que ya equipan algunos modelos de Audi y se sirve de los datos del navegador y los sensores para gestionar el grupo motriz de la forma más eficiente posible y decidir si es mejor circular con el motor acoplado o apagado, con lo que el ahorro en este campo tiene un incremento significativo.
Y es que tan solo las señales de tráfico obligan a menudo al conductor a frenar con fuerza, lo que en un auto convencional implica que la energía cinética se disipa en forma de calor, cuando lo óptimo sería que el conductor pudiera levantar con anticipo el pie del acelerador y dejara al vehículo rodar por sí solo hasta el punto ideal donde debería aplicar los frenos.
Para ello, lógicamente, tendría que prever de modo exacto los acontecimientos, las curvas, las señales de tráfico o el perfil del terreno donde conduce. Pero justo de esto último es que se encarga con una pormenorizada capacidad de análisis el PEA que con la nueva fase de desarrollo del MMI navigation plus de Audi es capaz de memorizar los datos del tráfico recogidos por el radar del sistema de control de crucero activo adaptive cruise control (ACC), junto a las limitaciones de velocidad permanente, teniendo en cuenta incluso cambios en el peso del automóvil.
No en vano, cabe consignar que por el momento, ambas tecnologías se han probado utilizando como base el Audi A7 Sportback y el Audi A8, y los resultados han sido más que óptimos: en un recorrido de 61 km con el iHEV, el 28 % del trayecto se ha realizado con el motor de combustión apagado, porcentaje que subió al 43 % al utilizar el PEA, con lo que el consumo se redujo en un 10 %, mientras que el tiempo de viaje solo aumentó en dos minutos. Nada mal, ¿no creen?