No es usual en nuestra sección mostrar autos de carrera, pero el Audi R10 merece la excepción. Este prototipo se convirtió en el primero y único que gana la mítica carrera de las 24 horas de Le Mans con motor diesel. Su primer triunfo lo consiguió en 2006 y ahora repitió este año con otra contundente victoria. El mérito de este superauto no es su potente aceleración ni su escalofriante velocidad punta que supera los 300 km/h. La gracia está en mantenerse a ese ritmo, sin roturas, por 24 horas.
El motor es un V12 diesel doble turbo de 5.5 litros de desplazamiento a 90 grados de apertura, cuatro válvulas por cilindro (48 en total) y construido totalmente en aluminio. Se destaca por su poco ruido debido a los filtros de partículas y a su bajo consumo de combustible. Entrega una potencia de 650 CV a 4 500 rpm y un par motor máximo de 1 100 Nm a 3 500 rpm.
Transmite, al tren trasero, a través de una caja secuencial (X-Trac) de seis velocidades con mandos detrás del volante. Tanto la aceleración y la velocidad son modificadas de acuerdo a las características del circuito.
Pesa 925 kilogramos, para una relación peso/potencia de 1.42 kilogramos por cada caballo de potencia. Todas las pruebas y carreras en que ha participado utilizaron neumáticos Michelin.