La firma bávara es, desde sus inicios, una marca donde sobresale la elegancia. Los convertibles, de su clase, acrecientan la exclusividad. Con esa filosofía la marca alemana desarrolló este modelo, que nace del concepto Serie 6 Coupe, exhibido en el pasado Salón de París. El cuño BMW se pone de manifiesto en su capó alargado, que desplaza el habitáculo hacia la zaga, y la sobredimensionada distancia entre ejes.
Lo mueve un potente motor V8 de 4.4 litros de desplazamiento, sobrealimentado con doble turbo, doble árbol de levas en cabeza (DOHC) y cuatro válvulas por cilindro (32 en total). Entrega una potencia de 407 CV a 5 500 rpm y un par motor máximo de 600 Nm a partir de las 1 750 rpm. Un propulsor muy potente y elástico, combinación poco frecuente en modelos deportivos. Además, su consumo medio es de ensueño para coches de estas características, al registrar 10.7 l/100 km.
Transmite al tren trasero por medio de una caja de cambios deportiva automática (EfficientDynamics) de ocho velocidades. Esta transmisión se caracteriza por cambios muy precisos, con una capacidad de aceleración óptima y que le permite viajar por carretera a bajas revoluciones, un factor determinante en el consumo. Acelera de 0 a 100 km/h en 4.9 segundos, mientras que la velocidad máxima fue limitada electrónicamente a 250 km/h.
Su techo de lona descapotable, clásico por excelencia, tiene la posibilidad de accionarlo a 45 km/h. La 
apertura la realiza en 19 segundos, mientras que el cierre se concreta en 24 segundos. Las ópticas delanteras son de Xenón, con la opción de intalerle luces direccionales. Cuenta, además, con luz diurna compuesta por anillos luminosos de LED, los que proyectan un haz blanco muy intenso. Las luminarias traseras tienen, como es frecuente en BMW, forma de L. También son de tipo LED e integran las luces de frenos e intermitentes.
Estará disponible en 2011 y aunque no conocemos su precio de salida, al menos sabemos que será uno de los más eficientes y equipados Cabriolet dentro de su segmento comercial.