Hace tan solo unos días ha abierto sus puertas el Salón de Los Ángeles. Y ya ven: el grupo Chrysler ha sido el que más ha querido aprovechar su creciente importancia entre las pasarelas automovilísticas de Norteamérica para anunciar la profunda renovación de su gama.
La tercera automotriz estadounidense, que ahora controla la italiana Fiat, ha señalado que el próximo año lanzará once modelos nuevos o radicalmente ”refrescados“, como le gusta decir a Sergio Marchionne, y por eso se ha llevado a California muchas de esas novedades.
Entre las principales, como reporta la agencia EFE, descuellan los Chrysler 200 y 300. En el caso del primero, se trata de una berlina de tamaño medio que monta el nuevo motor Pentastar V6 de 3.6 litros y 283 CV para competir abiertamente con los mejores exponentes de su segmento por un precio básico de 19 995 dólares: en tanto, el 300 representa el más reciente éxito de la marca entre los sedanes de gran calado, por lo cual para su siguiente generación el fabricante ha prometido un diseño más atractivo y un interior más exclusivo.
Más allá, la firma, que acude a la muestra californiana con un nuevo logotipo, ha presentado también la última versión de su monovolumen Town Country para refrendar su liderazgo en dicha categoría, mientras otra de sus marcas, Dodge, llegó con el todoterreno cruzado Durango 2011, que monta la misma plataforma del exitoso Jeep Grand Cherokee.
Aunque el grupo también aprovechó la ocasión para exhibir el Fiat 500 2012, que comercializará en Norteamérica el próximo año con el nombre italiano de Cinquecento, para dar a conocer los 130 concesionarios que representarán a la marca italiana en Estados Unidos. Según avanzó, además, este modelo será producido en la planta mexicana de Chrysler en Toluca, con un motor de 1.4 litros y cuatro cilindros fabricado en la factoría de Dundee, Michigan. Por si quedaban dudas.