Cuando voy a subir a un avión siempre pienso en cómo enfrentar el aburrimiento y mis expectativas pasan por las ofertas de distracción: la música que cargo en mi reproductor, los materiales audiovisuales que proyectan en el vuelo o simplemente las ganas de conversar que tenga el vecino inmediato.
.jpg)
Sucede que en Aerovías del Continente Americano S.A (AVIANCA) no tuve tiempo ni de pensar en mi último viaje de Ciudad México a La Habana, con un transbordo en El Salvador. Y es que tanto en el Embraer 190 del primer tramo, como en el Airbus 321 del último, las condiciones estaban creadas para transportar a los pasajeros hasta la sala de su casa.
Pantallas individuales táctiles LCD de 9 pulgadas, control a distancia que funciona además como mando de juegos (en el A321), puerto USB para cargar los dispositivos electrónicos, así como también una variedad sorprendente de material de video, música y juegos que complementan la experiencia a bordo.
Entre los audiovisuales se puede elegir desde un concierto de la multilaureada Adele hasta alguna serie o filme del momento, pero en una sección dedicada a producciones deportivas descubrí el documental F1 Red Bull: Mechanics of creativity (Mecánicos de la creatividad), que relata la travesía en Cuba de un equipo de esa escudería encabezado por el subcampeón mundial de la categoría reina del automovilismo David Coulthard.
Coulthard participó en el Rally de la Regularidad del Club de Autos Antiguos a lo Cubano Copa Castrol 2013 al volante de un Pontiac 1955, al que llegó después de un proceso de selección que incluyó visita a talleres y conversaciones con mecánicos de la Isla acostumbrados a novedosas invenciones para mantener en funcionamiento maquinarias de más de medio siglo.
El expiloto de Fórmula Uno y varios ingenieros de Red Bull Racing quedaron impresionados de la inventiva de los cubanos, y conocieron de primera mano cómo se sobreponen a la falta de piezas de repuesto. Asimismo, la comitiva de Red Bull conoció la rica historia de este deporte en Cuba a través de Orlando Morales, historiador del ramo en la Isla, y por supuesto los Grand Prix de la década del 50 recabaron la mayor atención de los visitantes.
David Coulthard, subtitular del circuito de F1 en 2001, probó su pericia al timón aquel 18 de agosto de 2013 en un escenario totalmente distinto al que lo vio encumbrarse en las más exigentes pistas. A bordo del Pontiac 1955 recorrió La Habana en el Rally con una velocidad promedio de 50 kilómetros por hora, bien distante de los más de 300 km/h que alcanzaba su bólido en las rectas de sus buenos tiempos.
Por ello, esas imágenes de los autos antiguos y fotogramas del rally en el que participé como periodista para Excelencias del Motor, hicieron de mi viaje un placentero hervidero de nostalgias. No hay dudas, los verdaderos museos rodantes que circulan por las calles de la Isla son un elemento importante de nuestra identidad. Avianca lo entendió a la perfección y por eso hace circular nuestros clásicos sobre las nubes.