Comprar un auto y casarse son caminos que, aunque nada tienen que ver uno con el otro, se parecen más de lo que uno cree. En la luna de miel y en los dos primeros años ningún problema, o problemas menores fácilmente resueltos por la comprensión –en el caso de las mujeres- y por la garantía si hablamos de automóviles. Luego de dos años empiezan los grandes problemas y lo más aconsejable es cambiar el auto y la mujer. ¡Mentira! Es una broma.
Lo digo en serio, que es una broma, porque nuestro auto familiar ya tiene más de veinte años y la relación con mi esposa supera los dieciocho. Ahora entremos en materia.
Si tenemos en cuenta que los coches fabricados en los últimos años están equipados de sistemas electrónicos sofisticados, donde las centralitas controlan el funcionamiento de todo el auto, no hay dudas que para diagnosticar y resolver el problema debemos acudir a talleres equipados de la tecnología, la experiencia y la reputación de sus mecánicos. Para que su visita al mecánico no agrave su problema puede seguir nuestros consejos.
Existen tres tipos de talleres: el de los concesionarios, las cadenas y los independientes. ¿A cuál ir? Para cada uno hay un momento, debes estar atento.
El concesionario es el mejor si su auto está en garantía porque sencillamente no le costará un centavo la reparación y no hay límites de visitas en ese periodo. Además, tiene los mejores equipos y se especializan en tu auto. Pero si ya se terminó la garantía olvídalos, ellos casi siempre son mucho más caros – tanto en el costo de las piezas como de la mano de obra– que en otros tipos de talleres.
Entonces las cadenas se convierten en una buena alternativa. Eso, si hablamos de problemas en los frenos, batería, cambio de aceite, llantas, entre otros. Lo importante aquí es decidir cuál, ya que cada una tiene su especialidad.
Si tenemos que realizar arreglos mayores, los talleres independientes pudieran ser una opción interesante. Lo primero es tener confianza o buena referencia del taller en cuestión, algo que garantizará un buen trabajo con costes inferiores a los que hay que pagar a un concesionario. Además, si tu coche es muy moderno no bastan las buenas intenciones del taller, hay que contar con los conocimientos y equipamientos necesarios para realizar un trabajo de calidad.
Por último, sea prudente con los arreglos no necesarios. Los propietarios de autos pierden mucho dinero en esto. En estudios realizados se ha comprobado que hasta el 50 % de los gastos por arreglos de su coche en un taller lo cubren arreglos no necesarios. Además, se ha demostrado que algunos mecánicos estafadores truquean baterías, amortiguadores, pastillas de frenos, entre otras, para realizar su remplazo. Piezas y accesorios que a veces ni cambian.
Entonces, nunca será ridículo pedir la pieza rota y el envase o envoltura de la nueva. Eso no nos garantiza al ciento por ciento que no hemos sido estafados, pero al menos se la pondremos más difícil.