Cuando el asturiano dejó McLaren Mercedes, sostuvo en su mano una margarita de cinco pétalos: Renault, Red Bull Renault, Toyota, Williams Toyota y BMW Sauber, para decidir su futuro inmediato en la Fórmula 1. Pero, como por un ciclón tropical, la flor a quedado a penas sin pétalos, y ahora son dos las opciones reales de Alonso para la venidera temporada. Fernando tendrá que decidir entre Renault y Red Bull Renault, dos equipos totalmente diferentes.
Es evidentemente que la escudería del rombo es la más sensata, porque los conoce, hay química entre ellos y allí logró sus dos campeonatos. Pero nunca segundas partes fueron buenas, y como dijo Serra ”se hace camino al andar…“. Renault no fue nada competitivo la pasada temporada y su alejamiento de la punta es más que preocupante. Todo puede cambiar con Fernando, pero no firmará si el contrato no tiene una cláusula que le permita salir si el nuevo Renault no es competitivo.
La otra opción, Red Bull Renault, es tentadora (sobre todo en dinero) y pretenden armarle, al español, un bólido de primera. Para ello se pensó contratar al ex ingeniero de Ferrari Ross Brawn (fichado por Honda) u otro renombrado especialista, quien junto a Alonso podrían desarrollar un buen coche. La escudería de la bebida energizante no le pone condiciones al asturiano y del salario ni hablar. Otro punto a favor de Red Bull será el compañero de filas, Mark Webber, un piloto representado por Briatore que se lleva muy bien con el bicampeón.
Sea cual sea la decisión de Fernando Alonso, los buenos aficionados de la Fórmula 1 seguirán admirando al español, un piloto que en la temporada pasada hizo de tripas corazón para luchar hasta el final por la corona. Un título que merece Kimi Raikkonen pero que bien pudo haber sido de Alonso.