La invasión de los turbo

Creado: Lun, 26/10/2009 - 16:40
Créditos
Jesús Piñón

Cuando comencé a interesarme por el mundo automotor la palabra turbo era muy exclusiva y fue por aquella época, finales de los 70 y principio de los 80, símbolo de potencia en los súper deportivos. En la actualidad pasa lo contrario, ya que es muy difícil ver un coche moderno (no solo deportivo sino también de turismo) que no lleve un propulsor con sistema de alimentación turbo. El desarrollo automotriz sigue su paso y no hay duda que los propulsores sobrealimentados aumentan su rendimiento y potencia.

El resultado ha sido la fabricación de motores más pequeños, de menos consumo de combustible y mayor potencia. Si en los primeros tiempos los principales experimentos se hacían con motores de gasolina, la realidad es que los diesel han tomado el mando en ese campo y ya no se fabrican motores para autos con mecánica diesel atmosféricos (sin sobrealimentación).

Tanto ha sido la evolución de estos propulsores que han tomado el mando en la famosa carrera de resistencia, las 24 horas de Le Mans. Este año el podio fue ocupado por tres autos impulsados por motores diesel sobrealimentados: en primer lugar el Audi TDi (segunda victoria consecutiva) y el segundo y tercero por Peugeot HDi. El grupo Volkswagen y PSA son quienes marcan la diferencia en el desarrollo de los diesel.

Ya es familiar leer en los datos técnicos características del motor como: doble turbo, turbo de geometría variable, inyección directa por conducto común, filtro de partículas, entre otras que hacen el propulsor más eficiente, con menos: emisiones de gas tóxico, vibraciones y consumo de combustible. No por gusto son las máquinas más vendidas.

Los altos precios del petróleo y las campañas verdes exigen motores limpios y eficientes, es por eso que los propulsores de ciclo Otto han retomado el tema y ya se ven los frutos. Un buen ejemplo es el 1.4 T-Jet del grupo FIAT que entrega 140 CV. También BMW ha demostrado su poder fabricando pequeños motores de gasolina sobrealimentados, a los que le incorporaron la inyección directa y el sistema de recuperación de energía.

Tal vez dentro de poco tiempo los motores del ciclo Otto también dejen en el olvido a los anticuados motores atmosféricos.

Créditos
Jesús Piñón