Aunque no es definitivo, la nueva puntuación propuesta por Ecclestone tiene más detractores que seguidores. El tema es que sea campeón quien más carreras gane en la temporada (obligando a los pilotos a vencer y no a puntuar). Todo para estimular los adelantamientos y levantar el espectáculo. Sin embargo, eso conlleva a aplastar la regularidad y las posibilidades de los equipos segundones. En cuanto al espectáculo, queda por ver si un nuevo sistema producirá finales tan electrizantes como los tres últimos campeonatos.
Desde el surgimiento de la F1 en 1950 hasta la fecha, ha existido un sistema de puntuación para definir el campeón al final de cada temporada. En los primeros diez años (1950-1959) negociaban puntos los cinco primeros lugares de cada GP (8-6-4-3-2). En 1960 se sumó a la lista de bonificados el sexto puesto quien ganaba un punto. Las siguientes treinta temporadas (1961-1990) también premiaron a los seis primeros, pero le otorgaban nueve puntos al vencedor de cada carrera.
A partir de 1991 los puntos del vencedor subieron a diez y hasta 2002 la diferencia entre el primero y el segundo era de cuatro puntos, la mayor de la historia (10-6-4-3-2-1). Fue a partir del 2003 que se premian a los ocho primeros bólidos de cada GP, disminuyendo a dos puntos la diferencia entre el primero y el segundo lugares de la carrera. Vale señalar que entre 1950-1959 se otorgaba un punto por la vuelta más rápida y medio al que consiguiera la pole.
Siempre se ha premiado la regularidad y quien más puntos coseche por temporada es el campeón. Así las cosas, no es la primera vez que un piloto, como Massa, gana más carreras que quien se corona. Basta citar a uno de ellos, Stirling Moss, quien fue subcampeón cuatro años (1955-1958) ganando más carreras que el campeón.
La nueva propuesta de Bernie es de ”puntos por medallas“ (10-8-6), donde al final es campeón quien más carreras gane, aunque otros tengan más puntos. Es algo que cuesta aprobar, máxime cuando cambia la filosofía de 59 años de F1. Tal vez lo más sensato será aumentar a cuatro puntos la diferencia entre primero y segundo, como en los noventa, periodo en que nunca un campeón fue superado en victorias.
Es una idea (12-8-6-5-4-3-2-1), siendo campeón quien más puntos obtenga, como siempre ha sido. Ahora mismo se estudian múltiples propuestas, ojalá se apruebe una sensata y no la macabra puntuación propuesta por Ecclestone que a muchos entendidos y aficionados aterra.