Los primeros autos en La Habana

Creado: Dom, 14/11/2010 - 21:15
Créditos
Willy Hierro Caveda
Los primeros autos en La Habana

La historia del automóvil es conocida y se ha difundido por todo el mundo. Para nadie es un secreto que, automóvil –lo que se llama automóvil-, fue creado y patentado por el alemán Karl Benz el 29 de enero de 1886. Le fue otorgado ese derecho por una sencilla razón, creó una máquina que funcionó de manera eficiente. El invento de Benz llevaba: chasis, motor de combustión interna y sistema de transmisión por poleas y correas. Pero no pasó mucho tiempo y antes que concluyera el siglo XIX circulaban en La Habana varios automóviles.

Fue en diciembre de 1898 cuando rodó el primer auto en La Habana, José Muños lo trajo de Francia. El coche, fabricado en los talleres de La Parisiense, se presentó con un poderoso motor de 2 CV y alcanzaba la increíble velocidad de 10 km/h. Todo por un precio aproximado de 1 000 pesos.

Al año siguiente, un farmacéutico catalán nombrado Ernesto Sarrá, compró en París y trajo a la capital cubana la segunda maquina rodante. Este era un Rochet & Schneider de 8 CV fabricado en Lyon. El bólido de Sarrá dejó sembrado a su antecesor al impulsarse hasta los 30 km/h, una velocidad que también incrementó su precio hasta los 4 000 pesos.

Llegó un tercero de La Parisiense. Esta vez un pequeño camión destinado a la carga y distribución de cigarros elaborados en la fábrica Guardia y Compañía. No era muy potente, ya que solo entregaba 4 CV. El cuarto, fue el primero de procedencia norteamericana y perteneció a Rafael Arazoza, quien se desempeñaba como director de la Gaceta de La Habana.

El floreciente advenimiento de autos a la Isla engendró la necesidad de inaugurar el primer taller y gasolinera para brindar servicios a los once autos que circulaban en La Habana. Se fundó en 1901 y sus propietarios fueron dos hermanos franceses, Honoré y Dámaso Lainé. Estaba ubicado en la calle Zulueta número 28.

Ellos, tuvieron la iniciativa de organizar la primera carrera de automóviles en Cuba, que más que una carrera fue un desfile donde participaron propietarios y esposas. El evento se desarrolló en 1903 y tuvo un recorrido de cuarenta kilómetros, entre el puente de La Lisa y el poblado de Guanajay. El ganador fue uno de los organizadores, Dámaso Lainé, que pilotó un auto francés marca Darracq.

Para 1905 ya se exigía en la Isla el título de chofer y había regulaciones de tránsito tan absurdas como la de velocidad máxima. Imagínense que era multado el auto que superara la velocidad de un caballo. ¡Qué les parece!
 

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Willy Hierro Caveda