Lotus es una marca singular. Con una fuerte personalidad y claro estilo deportivo ha producido a lo largo de su historia interesantes modelos, los cuales han atraído la atención del mundo automotor. Tal es el caso del Elite 1958 al 63, un deportivo innovador que conjugaba las más adelantadas concepciones de la firma en esa época: carrocería monocasco de fibra de vidrio; motor Coventry Climax de 1216 cc y 105 CV empleado en los vehículos Lotus de competición; y una suspensión derivada de los autos F2 de 1956 con un diseño estructural para reducir peso en el extremo posterior.
El resultado de todo lo anterior fue un auto alegre; de comportamiento preciso y vivaz; muy divertido de conducir y capaz de brindar a sus dueños una idea de la dinámica de un auto de carreras y en las pistas ser verdadero depredador. Algunos cronistas de la época llegaron a comparar la respuesta inmediata del Elite a una pequeña avioneta.
El desempeño insuperable del auto no tuvo la misma suerte en las ventas. Lotus ha sido una marca que también se ha caracterizado por unas finanzas convulsas y en este caso no fua la excepción. La producción del primer ejemplar del Elite demoró hasta diciembre de 1958, más de un año después de su presentación oficial. Su precio elevado fue otra barrera insuperable, costaba incluso más que el Jaguar XK150, que limitó sus posibilidades de forma definitiva y todo ello apenas permitió un total de 998 unidades salidas de las líneas de montaje.