Tras la Segunda Guerra Mundial, los fabricantes alemanes trataban de rehacer sus producciones. Alemania, contaba con varias marcas importantes, entre ellas MAN: Maschinenfabrik Augsburg-Nürnberg SE.
Inicialmente, establecida en las localidades referidas en su acrónimo –las ciudades de Ausburgo y Nuremberg– y pasando luego su sede principal a Munich, entra en la década de los cincuenta lista para renovar su gama, dejando los camiones con largos capot, eje delantero adelantado y estrechas cabinas en el pasado, enfocada en criterios como ergonomía, habitabilidad y confort. Así, MAN se encaminó a una asociación con la francesa SAVIEM, en una etapa de colaboración que incluyó la cabina “tipo 860” que se adaptó a la nueva serie F7-F8 en desarrollo.
Fue incorporada en dos versiones, corta y larga, a las que posteriormente se uniría una tercera versión llamada “ultracorta”, para aprovechar al máximo el volumen de carga. Se presentó en vísperas de la Feria de la Automoción de Hannover en 1967, cuando se mostró a la prensa especializada, y de forma oficial, la nueva serie de camiones. Fue, sin duda, un éxito sin precedentes. Entre las novedades, destacaba, como ya hemos comentado, la cabina.
Esta cabina tuvo características novedosas. Entre otras, incorporaba dos literas y cómodos asientos, tanto para el conductor como el acompañante. Disponía también, facilidad de acceso a su interior, mediante escalones y puertas con apertura próxima a 90º. La cabina se podía bascular para trabajos mecánicos entre 45º y 60º, respectivamente. Gracias a que el motor iba alojado en el chasis, con una posición inclinada de unos 40º, se eliminaba el siempre molesto, túnel motor que habitualmente “separaba” al conductor del acompañante.
Tanto la F7 como la F8 eran iguales a simple vista. La única diferencia importante era que la primera tenía la palanca de cambios en el volante, y la segunda en el piso de la cabina. Se desarrollaron los nuevos motores de 156, 168, 215, 230 y 260 CV. Este último un V8 que luego llegó hasta los 304 CV, en 1969. En lo referente a chasis, MAN empleó un sistema modular que permitía adaptar cualquiera de los motores ofertados, ya que las dimensiones de conexionado eran idénticas en todos los motores. La capacidad variaba de 12 a 19 toneladas –para camiones de dos ejes– y de 22 a 26 en camiones de tres ejes.
La gama F7-F8 fue vanguardia en Europa y su vida se extendió hasta 1986. Después de esa fecha, fue usada por la austriaca Steyr y la húngara Raba. Finalmente, la produjo bajo licencia Roman. Los camiones de esta serie MAN 19.280F y 19.321F fueron elegidos “Camión del Año” en 1978 y 1980 respectivamente.
