A finales de los ochenta era claro que los SUV serían un negocio tremendo. Suzuki leyó el horizonte y lanzó el Vitara, ese guerrero que ya cuenta 30 años.
El desarrollo del Vitara fue un acierto total para Suzuki. Ha sido un modelo “tranquilo” que se ha vendido sin grandes estridencias, pero sin crisis. Ha funcionado allí donde fue, vendiéndose en Norteamérica, Europa, América Latina y Australia.
Suzuki Vitara ya cuenta 30 años
Se presentó en el Salón del Automóvil de Tokio 1988 y se introdujo al mercado en julio de ese año, como Suzuki Escudo. Esta primera denominación hacía referencia a la moneda que se utilizaba entonces en Portugal, aunque este junta letras no ha podido establecer la relación entre ellos. Llegó como un mini SUV fuerte, compacto, para quienes no podían costear los precios de los grandes SUV que empezaban a causar furor en el mundo automotriz.
Estaba definido por un motor de gasolina, cuatro cilindros, ocho válvulas, inyección y 1.6 L de desplazamiento, que entregaba 80 CV. También existió una opción con carburador –un agregado que mezclaba la gasolina y el aire– de 75 CV, en algunos mercados: hoy son una curiosidad. Aquel primer Suzuki Vitara podía tener un esquema tractivo delantero o total y estar acoplado a una transmisión manual de cinco marchas o una automática de tres.
La carrocería del Vitara tenía 3.6 m de largo y podía ser de tres o dos puertas, convertible. Enseguida quedó clara la necesidad de mejorar el motor y por eso llega, en 1990, un cuatro cilindros de 16 válvulas y 100 CV. Con él, aparece la opción de una caja automática de cuatro cambios. Así, todo queda listo para un acierto que consolida al Vitara definitivamente: la versión de cinco puertas.
Suzuki decide probar a “extender” el Vitara –aprovechando así que ya dispone de 100 CV– y lanza el Nomade, con sus cinco puertas y un largo total de 4.01 m. En un inicio se temía que esta decisión se solapara con la versión de tres puertas, resultando en un descalabro comercial. Pero, sorpresivamente, se convirtió en todo un nuevo segmento, con vida propia y que duplicó las ventas.
Desde este momento su evolución ha sido constante. Nuevos y más potentes motores, frenos antibloqueo y mejoras en calidad y confort hasta 1993, cuando se produce un restyling y la refinada versión Vitara Rossini, pintada de un rosado metálico y con interior de piel color crema. Fue una Edición Limitada de solo 250 unidades. Las mejoras se han sucedido y este 2019 trae nuevos retoques a su cuarta generación.
