
De mecánica a electrónica y un poco más, novedosas tecnologías, trato excelente… razones que hacen del taller Mi Socio el mejor amigo de su auto.
“Los anhelos y sueños son infinitos”, concluye Amaurys Llanes Regal cuando conversa sobre su taller. Allí no se detiene el trabajo ni por una entrevista, y es esa la mejor imagen que le transmite Mi Socio a Excelencias del Motor.
En medio de los típicos sonidos que abundan en un taller, Amaurys explica que surgieron en 2013 y hace tres años se trasladaron al lugar que ocupan hoy, en 5ta B número 6007 interior, entre 60 y 62, municipio Playa, en La Habana.
Brindan servicios de mecánica general y electrónica automotriz, así como diagnóstico (de motor, ABS, transmisión, cuadro de instrumentos, inmovilizadores) y programación de módulos electrónicos, como ECU, INMO y otros. También realizan lectura y borrado de DTC, limpieza y comprobación de inyectores con ultrasonidos, además de programación de llaves electrónicas.
En estos momentos, comenta Amaurys, somos muy buscados por nuestros arreglos de mecánica, en especial lo que es reparación media y total de motor, de la suspensión y la dirección, que suelen ser las principales afectaciones que nos entran al taller.
Sin embargo, Mi Socio ya es vanguardia en los que a nuevas tecnologías se refiere. “Nos estamos preparando para brindar mejores servicios en cuestiones como programación y cerrajería electrónica. De hecho, recientemente actualizamos los softwares en Italia”.
Hasta este taller puede llegar cualquier auto de inyección electrónica, que sin importar la marca –pues son capaces de trabajar con cualquiera de ellas-, será bien defectado y reparado.
Si tenemos las piezas necesarias, el arreglo no suele tomar más de dos o tres días, detalla Amaurys y agrega que tienen más de 60 contratos con empresas estatales, más todas las personas que llegan con necesidades de reparar su vehículo.
“El mundo automotriz avanza cada día, por lo que nosotros queremos avanzar en todo lo que podamos”. Esa es la premisa de Mi Socio, que cumplen siempre, con la buena complicidad de un mejor amigo.
Fotos: Marylin Luis Grillo