Nada mejor para recorrer los paisajes canadienses que sobre rieles, con confort y vistas panorámicas. Todo eso lo hace realidad el tren de cristal.
El oeste de Canadá, donde se encuentran las fabulosas Montañas Rocosas (Rocky Mountaineer) es uno de los lugares naturales más asombroso y hermoso del planeta. Por lo que la experiencia de verlo es, por sí sola, fantástica.
Ahora, imagine poderlo disfrutar de manera diferente, mientras recorre tranquilo en entorno, sentado en la máxima comodidad posible y sin nada que estorbe a la vista. Es esta la oferta del sugerente tren de cristal.
Tanto las paredes como el techo de los vagones están hechos de vidrio resistente. El tren cuenta con enormes cúpulas y grandes ventanales a través de los cuales se muestra todo el entorno: montañas, animales, plantas y, por supuesto, un imponente cielo que servirá de romántica bóveda para una cena, por demás de alta cocina.
La velocidad máxima es de 50 km/h, pues el objetivo no es llegar rápido, sino extasiarse con el recorrido. El conductor puede incluso reducirla en aquellos entornos en los que merezca la pena verlo con más tranquilidad. Por lo que cada trayecto será diferente del otro, según se impongan los agradables caprichos de la naturaleza.
Por supuesto, el viaje sol es de día, y —dado el tiempo en Canadá, muy frío— solo está disponible de mediados de abril hasta mediados de octubre.
Recorridos del tren de cristal
Cada viajero puede elegir por un total de cuatro recorridos diferentes.
El primero conocido como El primer pasaje del oeste, de Vancouver a Kamloops y termina en el Lago Louise.
El segundo lleva el nombre de Viaje a través de las nubes, con otro trayecto de Vancouver a Kamloops y luego Jasper.
El tercero, es conocido como el Pasaje Coastal: Seattle, Vancouver y las Montañas Rocosas.
Por último, los parajes de Bosque de Gold Rush: de Vancouver, paso por Whistler, y concluye en Quesnel.
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