El hermoso Bósforo que divide a Europa con Asia a orillas de la bella Estambul, otrora Constantinopla posee una vía ferroviaria bajo el río, el primer enlace submarino ferroviario del mundo entre dos continentes.
Todo comenzó con el sueño de un sultán quien en el siglo XIX contrató ingenieros franceses para recrear una vía subacuática, pero no pasó de ser una quimera. Más de un siglo después se hizo realidad para beneplácito de más de un millón de pasajeros, que lo utilizan cada día para ir a trabajar en la ribera opuesta del Bósforo entre la Anatolia asiática de Estambul y el lado europeo o simplemente como turistas.
Las obras comenzaron en 2004, no sin unos cuantos tropiezos, y en 2013 se inauguró el túnel ferroviario del mar de Mármara llamado Marmaray, con un costo de más 3 300 millones de euros. Este proyecto visionario es otra de las gigantescas obras de ingeniería del siglo, posee 13.6 km de longitud y cruza el estrecho del Bósforo con una parte sumergida de 1.4 km, y una profundidad cercana a los 62 m.
Otro enlace entre los dos continentes, bajo el estrecho del Bósforo, es el túnel submarino construido en 2016 a una profundidad de 106 m, dos pisos y 14 km de largo. Cerca de 100 000 vehículos cruzan diariamente.
