La ciudad holandesa de Rotterdam puede ser la primera en el mundo en tener carreteras de plásticos reciclado con residuos recuperados por los océanos de todo el mundo.
Para ello se utilizarán bloques de polímero bajo con plásticos reciclados del proyecto Plastic Road. Volker Wessels, la empresa constructora que lleva años trabajando en el desarrollo de estas carreteras, ideó este plan para revolucionar los sistemas viales con paneles modulares de plásticos, con un diseño de traba a presión fácil, como el de los juguetes Legos, para que estos se acoplen entre sí y sean desmontables según sus necesidades
Serán de fácil y cómodo acceso para sus reparaciones y tienen un espacio hueco para la creación de infraestructuras como electricidad, teléfono, agua o cualquier otro tipo de suministro que lo necesite, lo cual permitirá no ver “a cada rato” una calle levantada o rota para sustituir o instalar nuevas canalizaciones.
Las calzadas, según apuntan, tendrían una mayor resistencia, ya que soportarían temperaturas más extremas, las cuales abarcarían desde los -40º a los 80ºC, y las mismas podrían ser instaladas en cortos periodos de tiempo: tardarían semanas en vez de meses.
El ahorro de tiempo se debe a que los bloques no necesitan ser construidos en la misma carretera; se prefabrican en la empresa y después se trasladan y se colocan como piezas de puzzle limitando así los problemas de seguridad vial como los desvíos y embotellamientos que suelen producirse durante los procesos de asfaltados.
Este modular diseño reducirá drásticamente el tiempo de mantenimiento y sus vidas útiles, ya que sería tres veces más larga y duradera que la de las carreteras convencionales, además las partes prefabricadas de la carretera están listas para usar tan pronto como se instalan, y las mismas también podrían trasladarse a diferentes lugares, una innovación sin precedentes que es especialmente ideal para terrenos arenosos o pantanosos.
Los residuos plásticos acumulados en el mar representan un gran problema para el planeta y ahora es posible darle una nueva vida, de esta manera se contribuye a la solución de otro inconveniente medioambiental, evitar los millones de toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera debido a la producción y tendido de asfalto.
Si bien el proyecto aún está en fase de desarrollo, es emocionante saber que se están pensando en estos enfoques creativos para abordar soluciones a la destrucción ambiental generalizada.
Cada año, aproximadamente 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos; además, se incinera el 55% de todos los residuos de este material. Con estas carreteras se les da una segunda vida a los residuos, reduce considerablemente las emisiones de carbono y nos crea un entorno de vida más limpio.