Todos los fabricantes de coches, sin excepción, buscan la reducción de sus emisiones de CO2. No solo las que emiten sus vehículos cuando son utilizados, también incluyen aquellas del proceso productivo de los mismos.
Trasciende en el Mundo del Motor una tecnología de Mazda que captura las emisiones de CO2 y que está siendo probada en un entorno de competición.
Bautizado como «Mazda Mobile Carbon Capture» se trata de un sistema que busca reducir los niveles de dióxido de carbono durante la marcha. Algo así como lo que hace el AdBlue con los NOx, pero con un ataque directo a las emisiones más penalizadas por normativas como las de la Unión Europea. Curiosamente, el desarrollo de esta tecnología se puso en práctica en las Super Taikyu Series, una competición que pasó por el circuito de Fuji.
Un Mazda 3 de competición
La peculiaridad del Mazda 3 es que se mueve gracias a un biocombustible de última generación. Comenzaron con el proyecto en 2020 con un biodiésel a base de grasas de microalgas y aceite de cocina usado para buscar precisamente la neutralidad de carbono. Ahora están empleando el diésel HVO 100 de nueva generación, al que han sumado el sistema de captura de emisiones de CO2. Técnicamente, se trata de un dispositivo que utiliza zeolita con estructura porosa como absorbente de dióxido de carbono, concretamente de los gases del escape.
Todavía no hay datos concretos de la reducción de esas emisiones, pero en la carrera de resistencia (4 horas) demostró cumplir con los parámetros a la perfección.
Con las pruebas de este «Mazda Mobile Carbon Capture» se empieza a vislumbrar la posibilidad de un nuevo sistema que podría llegar a los coches de producción. Para la firma Hiroshima, el futuro pasa por dar opciones a sus clientes. Bien por la electrificación, con una gama completa de microhíbridos, híbridos, híbridos enchufables y eléctricos. Pero también con la reducción de las emisiones de CO2 de sus modelos de combustión.
