Los choques de automóviles en cadena no son comunes y mucho menos cuando intervienen un conjunto de autos de alto costo. Marcas como Ferrari, Lamborghini, Mercedes-Benz, Nissan y Toyota se han visto implicadas en lo que probablemente sea el accidente de tránsito más costoso de 2011, al menos de sus características.
Diciembre, el último mes del calendario, es tiempo de celebraciones y fiestas, de alegrías y regalos, de navidad y fin de año, de comer y beber en demasía, todo lo cual es peligroso para el tráfico vehicular, especialmente si viajamos en coches deportivos de gran potencia, aceleración y velocidad, y peor aun para el bolsillo, ya que cualquiera de estos autos son carísimos.
El accidente ocurrió a inicios de mes en la autovía que une Kyushu e Hiroshima, Japón. Fue un choque múltiple en el que intervinieron dos Ferrari F430, un Ferrari modelo Scuderia, otros dos Ferrari 360 Módena, dos Ferrari más F355, un Ferrari Testarossa, un Lamborghini Diablo, tres Mercedes-Benz, un Nissan GT-R y un plebeyo Toyota Prius. Según testigos todos viajaban a exceso de velocidad.
Pero ¿cuántos km/h son válidos para el exceso de velocidad en deportivos como los que nombramos? Posiblemente iban paseando, pulsando el acelerador, calentando motores. Sin embargo, el sonido de 14 bólidos tan competitivos, a velocidades superiores a la autorizada en la autopista Chugoku, al suroeste del país, debió ser un espectáculo bello, tristemente empañado por una maniobra inadecuada.
Por tal maniobra se descalabró el grupo (afirman que fue un Ferrari) y en una cruenta y fatal colisión múltiple, chocaron los 14 carros. Aunque la causa se achaca también al pavimento mojado (había llovido), 
lo cierto es que uno tras otro fueron chocando en una especie de destructionderby, desbaratando los hermosos coches sport. Y en medio de tanto desbarajuste, hubo suerte: solo diez heridos leves.
Las que seguramente no tuvieron suerte son las aseguradoras de autos, de las cuales son clientes fijos estos deportivos. Se ha estimado que el choque tiene un costo aproximado de 2 millones 86 mil euros (300 millones de yenes japoneses) y el conductor del Ferrari que provocó la colisión, una multa de alrededor de 1 000 euros. Bien poco por un tan desafortunado cambio de carril en plena carrera.
Y da pena ver tanto carro de sueño escachado en una autopista japonesa.