Esta es, señores, una pregunta muy difícil de contestar. Y le hace falta a Alonso, a Ferrari y a su fanaticada. Como están las cosas, y visto lo visto en cuatro carreras, el asturiano tendrá una dura tarea. Dejemos atrás los problemas de ”fiabilidad“, que dicho sea de paso, según Ferrari, ya los detectó en el motor. La fiabilidad la pongo entre comillas porque con esos mismos ”problemas“ los de Maranello marcaron doblete en el primer round y no ganó en china por errores de pilotaje de Fernando.
Eso, sin contar el desastre en las clasificaciones de Malasia que los dejó fuera en la Q1, no me acuerdo de un resultado en clasificatorias peor que ese, que influye sobremanera en la tabla de posiciones. Con motores poco fiables y todo Ferrari estuviera gozando, ahora mismo, de otra posición. Pero la realidad es que van de más a menos y eso es lo que pone en duda la actuación de Alonso en Barcelona, donde comienzan, el venidero 7 de mayo, las carreras europeas.
Alonso, luego del adelantamiento tempranero a Felipe Massa en Bahréin y del más reciente pasón en la entrada a bóxers en el GP chino, le ha calentado el cerebro al brasileño que también aspira demostrar su poder y no quiere, de ninguna manera, ser segundo de nadie. Claro, después de las declaraciones de Stefano Domenicali parece claro que Alonso es el jefe. De cualquier manera Fernando tendrá, a chaquetón ”quitao“, el enemigo en su casa.
Pero esta película también la veremos en McLaren Mercedes, porque cuando Lewis diga a echar p’lante poco futuro tendrá Button, quien se ha hecho líder como se hizo campeón el pasado año, con poco ruido y con muchas nueces. Jenson no va a ceder su posición tan fácilmente y ya avisó, en la pasada carrera cuando Hamilton se le acercaba, que no lo veía por los retrovisores. Tal vez para justificarse de que le era imposible abrirle un hueco.
Pero no duden que Hamilton ganará carreras, y quién sabe si empieza en Montmeló. También, de seguro, repetirán Alonso y Vettel. Y porque no, pueden ganar Nico Rosberg, Felipe Massa y otros. Pero a mí me quedó claro, después de cuatro carreras, que en la F1 en 2010 se acabaron los pronósticos. Solo nos queda decir ¡Qué gane el mejor!