Adler: el Águila alemana del automóvil

Creado: Dom, 26/01/2014 - 12:08
Créditos
Jorge Esténger Wong
Adler: el Águila alemana del automóvil

Los autos alemanes son considerados, de forma casi unánime, el non plus ultra del automovilismo.  Este mito ha sido forjado durante décadas, gracias a la producción de extraordinarios modelos.  Contrario a lo que pudiera pensarse este fenómeno no solo se debe a los grandes nombres de Volkswagen, Mercedes o Porsche. En un inicio marcas que no rebasaron la prueba del tiempo, hicieron su encomiable  aporte.  Veamos.

El negocio principal de la compañía Adler  fueron –en un momento-  las máquinas de escribir, de coser, las bicicletas y las motocicletas; hasta llegar al mundo del automóvil.  Sin embargo, una vez que lo hicieron los vehículos Adler –en alemán Águila- disfrutaron de un sólido prestigio, resaltando por su fiabilidad a toda prueba y la diversidad de modelos que ofertaba la marca: desde el clásico utilitario hasta automóviles de gran cilindrada, llegando a alcanzar algunos de sus modelos los 7500cc.

En verdad los primeros automóviles Adler estaban fabricados con motores franceses De Dion-Bouton pero a partir de 1902 lograron comenzar a producir sus primeros cuatro cilindros en línea, de 1550 cc, 2298 cc de desplazamiento.  Ya en los años veinte logran motores de seis cilindros de 2298 y 4700 cc y finalmente un ocho cilindros de 2916 cc.  Esto le permitía a la marca alemana abrir su carpeta de productos y colocar modelos en diversos sectores del mercado. Como muestra de su importancia hay que señalar que el mismo Kaiser Guillermo II, último Emperador alemán,  mandó a construir, como coche oficial, una versión especial del Adler 40/50 CV. Esta sabia estrategia fue consolidada en la década del treinta cuando incorporaron el pequeño motor de 995 cc, para el Trumpf-Junior, su más pequeño automóvil.

Como es común a las marcas alemanas, Adler, siempre fue pionera en desarrollar tecnologías y soluciones mecánicas de avanzada.  De esta forma, el Adler Trumpf comparte -con el francés Citroën Tracción- la histórica incorporación de la tracción delantera, por primera vez en la historia. La caja de cambios, situada delante del motor, representó para la época una extravagancia, al dar la sensación de un vehículo con un motor grande y potente, al tener por lógica, un capó muy voluminoso, el cual ocultaba en verdad un motor de apenas 1000 cc. La suspensión por barras de torsión de que iba dotado fue diseñada nada menos que por el Dr. Ferdinand Porsche, diseñador del popular Volkswagen –en la actualidad todo un gigante de la industria- y de los coches con su nombre, hoy dentro del mismo  Grupo VW.

En 1934 apareció una versión Junior, con el motor de 995 cc, del que se fabricaron 78.693 unidades hasta el año 1941. Una versión deportiva de este modelo obtuvo importantes éxitos deportivos, principalmente en las carreras de largo recorrido, como la Carrera Internacional de los Alpes de 1933.  Incluso se llegó a producir una pequeña serie comercial de esa versión biplaza deportiva, con un motor de 45 CV, que alcanzaba 115 Km. /hora.  Además, con los motores de cuatro cilindros y 1494cc o 1645cc, conquistaron muchos éxitos en las carreras, incluyendo las emblemáticas 24 horas de Le Mans.  Posteriormente aparecieron otros modelos, hasta que a partir de la Segunda Guerra Mundial se abandona la producción de automóviles, para dedicarse por entero a la producción de motocicletas.

Créditos
Jorge Esténger Wong