Aprilia Na 850 Mana ¿Manual o automática?

Creado: Dom, 09/01/2011 - 17:55
Créditos
René Duque-Estrada
Aprilia Na 850 Mana  ¿Manual o automática?

Tres tipos de conducción: manual, automática o semi, hacen de la NA 850 MANA una Naked Sport completamente atípica; para ello cuenta con palanca de cambios en el pie además del sistema de interruptores electrónicos Triptonic en el puño izquierdo y por si fuera poco, al bajar de marcha en modo automático, aumenta la frenada del motor. Esta Aprilia tiene un variador CVT Autodrive muy parecido al de una Scooter y en dos de sus tres modos no es necesario utilizar el embrague.

Muchos no la consideran una deportiva, sin embargo su diseño, posición de manejo, destreza en circuitos y carretera, así como la respuesta de su potente bicilíndrico en V la sitúan entre las mejores del mercado ya que emplea solo 2.7 segundos de 60 a 100 y pasa fácilmente los 200 km/h. Los que vienen de una Scooter encuentran una moto muy confortable y apta para viajes largos, mientras que los adictos a las deportivas prefieren el cambio manual, pero aceptan que por sus características, nos encontramos ante un nuevo concepto.

Su chasis es el típico multitubular de acero al cromo molibdeno que emplea la marca en muchos de sus modelos, provisto de excelentes frenos y suspensiones. En parte su gran maniobrabilidad se debe a su peso de 203 kg y una apretada distancia entre ejes de 1 463 mm. Monta neumáticos deportivos Dunlop Qualifier.

Ficha Técnica

Motor / 2 cilindros en V a 90 grados
Distribución / doble árbol, 8 válvulas
Diámetro x carrera / 88 x 69 mm
Desplazamiento / 839 cc
Compresión / 10:1
Potencia / 76 CV a 8 000 rpm
Torque / 5 kgm a 5 000 rpm
Embrague / variador CVT Autodrive
Cambios / 6 velocidades manual, automático o semi
Chasis / multitubular de acero
Suspensiones / horquilla invertida con barras de 43 mm / monoamortiguador trasero ajustable
Frenos / doble disco de 320 mm / trasero simple de 260 mm
Neumáticos / 120/70-17 y 180/55-17
Longitud total / 2 080 mm
Peso / 203 kg
Depósito / 16 l

Créditos
René Duque-Estrada