Avenida del Puerto, fachada de La Habana colonial

Creado: Dom, 17/09/2017 - 10:11
Créditos
Leonel Nodal, Especial para Excelencias del Motor
Avenida del Puerto, fachada de La Habana colonial

Hay muchas maneras de conocer el Centro Histórico de la capital cubana: la Habana Vieja, como la llaman sus residentes con el mayor respeto. Sin embargo, nada mejor que recorrer la espectacular Avenida del Puerto, considerada la fachada de la ciudad fundacional.

Ya sea a pie o en un coche tirado por caballos, recuerdo del período colonial; acomodado en auto descapotable ”Made in USA“ de la década de 1950, o en bus turístico, el recorrido es uno de los más lindos paseos por La Habana.

Ancha y extensa, bordeada por un muro, que permite sentarse y hacer una pausa en la marcha, la espaciosa vía corre a lo largo de la margen occidental de la bahía, donde prosperó el inicial Puerto Carenas, refugio de los galeones que navegaban entre Europa y América.

Su construcción se inició el 11 de mayo de 1927, en un empeño modernizador de la villa, que arrebató al mar unos 128 000  m² de terreno costero y entonces recibió el nombre de Avenida del Golfo.

Con el paso del tiempo cambió de denominación en algunos de sus tramos. Así, es llamada Carlos Manuel de Céspedes, en el primer trecho, entre el Castillo de la Punta y la Capitanía del Puerto.

En un segundo tramo se llama San Pedro; Avenida de Paula en el tercero y Desamparados en su trecho final, que llega hasta el muelle La Couvre.

La Avenida del Puerto ofrece un paseo encantador, con el  disfrute de la brisa marina y el paisaje del otro lado de la bahía, donde descuellan el Parque Histórico Morro- Cabaña, el Cristo de la Habana, el pueblito de Casa Blanca, así como la entrada y salida de los cruceros de turismo internacional y el ir y venir de las lanchitas que enlazan con el poblado ultramarino de Regla.

Al otro lado de la vía -el que da acceso a la ciudad monumental- el visitante puede admirar el Anfiteatro del Centro Histórico, el Castillo de la Real Fuerza, el famoso restaurante El Templete, la Lonja del Comercio, el Convento de San Francisco de Asís, la Iglesia Ortodoxa Rusa, el Museo del Ron Habana Club y la Iglesia de Paula,  además de áreas de sombreados parques.

A partir de 2009, la Oficina del Historiador de la Ciudad se propuso restaurar el entorno portuario, donde todavía se mantenían en explotación viejos muelles y almacenes, circundados por una línea férrea por donde transitaban vagones de carga, compitiendo con autos y peatones.

El proyecto, que mereció el Premio Gubbio, prestigioso galardón internacional, se propuso reanimar el espacio entre el muelle Caballería y los Almacenes de Depósito San José, transformados en un fascinante centro cultural de artistas y artesanos habaneros.

En el trayecto, el Muelle del Tabaco y de la Madera abrió espacio a una nueva cervecería de tecnología austriaca, para 500 personas, en un ambiente de taberna española.

La máxima expresión de este renovador proyecto es la Alameda de Paula y su colosal estructura, iniciada en 1777, durante el reinado de Carlos III, con su moderno paseo marítimo y su muelle flotante de 80 m de longitud.

A medio camino, el visitante choca con El Cubo, estructura de metal y cristal, una de las obras más espectaculares de la ciudad, que permite apreciar su original sistema de alcantarillado.

Muchos otros detalles sorprenden a quienes circulan por esta Avenida del Puerto, bien llamada la fachada de la Ciudad Maravilla, que en 2019 celebrará sus 500 años.

Créditos
Leonel Nodal, Especial para Excelencias del Motor