BMW 523i: sobrio, elegante y deportivo

Creado: Dom, 09/10/2011 - 18:31
Créditos
Willy Hierro Caveda
BMW 523i: sobrio, elegante y deportivo

Manejar un BMW Serie 5, de última generación, es una oportunidad que no se nos presenta todos los días. Siendo así, hay que aprovecharla al máximo: sacarle al motor todo su poder y disfrutar de una conducción segura y confortable, como cualquier modelo de la casa bávara suele dar. Este será nuestro auto a prueba. María la Gorda, la instalación turística más occidental del archipiélago cubano, nuestro destino.

La Serie 5 de BMW, que se lanzó al mercado en los Juegos Olímpicos de 1972, llega hasta nuestros días con su sexta generación. Su aspecto sobrio, sin olvidar la elegancia, jamás renuncia a su condición deportiva, un conjunto logrado en su máxima expresión. El mando a distancia con cierre centralizado y apertura del maletero, son detalles que no pueden faltar en un coche como este. Pero luego la llave al bolsillo, estando ahí es suficiente para que, oprimiendo un botón, pongamos en marcha el motor.

Pero antes es necesario buscar la posición adecuada para conducirlo. Las butacas delanteras son regulables, eléctricamente, en altura e inclinación del respaldar. La distancia con respecto al volante se realiza de manera mecánica. De igual manera es ajustable el timón, en profundidad y altura. Los retrovisores externos, de excelente visibilidad, son eléctricos con mandos en el reposabrazos del conductor.

Para llegar a María la Gorda, desde La Habana, hay que atravesar las dos provincias más occidentales del país, la nueva Artemisa y Pinar del Río. Justo al final, en el extremo sur (poco más de 300 km), se encuentra este centro turístico destinado al buceo, con condiciones excepcionales para ese fin. La Autopista Nacional es el camino ideal para hacer la primera parte del trayecto. En la ida vamos en directa (D), una de las tres  variantes de la caja de cambios automática de ocho velocidades (D, DS –modo deportivo automático-, M –secuencial manual-). El modo D es muy cómodo, con cambios casi imperceptibles y con el que se puede viajar a 140 km/h a régimen de 2 500 rpm, lo que garantiza un consumo ajustado. En un tramo limpio de la Autopista lo pisamos a fondo y el velocímetro registró 230 km/h, girando el motor 6 500 vueltas. Más que todo sorprende la estabilidad, que te hace pensar que viajas a velocidades inferiores.

El panel de instrumentos es extremadamente clásico, con cuatro relojes analógicos y de configuración simétrica. A ambos extremos y más pequeños se sitúan el indicador del nivel de combustible (a la izquierda) y el reloj de temperatura del agua (a la derecha). En el centro, con mayor diámetro y de izquierda a derecha el velocímetro (con escala hasta los 260 km/h) y el tacómetro (graduado hasta las 8 000 rpm). Al centro, la computadora a bordo nos ofrece información en formato digital: temperatura exterior, la hora y la autonomía, que varía puntualmente en dependencia del modo de conducción. Además, señala el consumo de combustible y control de velocidad crucero.

Luego, por la Carretera Central, vamos dejando atrás pueblos y caseríos como: San Juan y Martínez (la meca del tabaco), Isabel Rubio, Sandino y La Fe. Es allí donde termina la Carretera Central. La temperatura exterior (30 grados), reflejada al centro del panel de instrumentos, pasa inadvertida con los 16 grados generados por el aire acondicionado de dos zonas y con conductos hacia las butacas traseras. Otro detalle que hace el viaje placentero es el equipo de sonido (Radio CD), con pantalla digital a color, lectura de formato MP3 y entrada auxiliar, la parte flaca de la música es la ausencia de puerto USB.

La Bajada, justo al centro de la Bahía de Corrientes, es el punto de inflexión para decidir a donde ir: al norte el Cabo de San Antonio y al sur Cabo Corrientes. Tomamos rumbo sur, camino a nuestro destino. Es una carretera con paisajes increíblemente bellos, construida a escasos metros del mar. A la derecha el Mar Caribe, cristalino y donde la plataforma insular desciende muy cerca de la costa hacia profundidades extremas. A la izquierda, una vegetación exótica con un verde peculiar que contrasta muy bien con la arena, presente a ambos lados del camino.

Así llegamos a María la Gorda, enclavada en la Reserva Biosfera de Guanacahabibes, la que es sin dudas uno de los sitios preferidos por los amantes del buceo. Destacan sus treintainueve puntos localizados para la inmersión, así como la mayor reserva de coral negro en Cuba. No por gusto los expertos clasifican sus fondos marinos como uno de los diez más bellos de Latinoamérica.

Cuenta la historia que una nativa venezolana, secuestrada por piratas, fue dejada en esta zona. De nombre María, la abandonada mujer abrió una posada donde ofrecía comida y placer a cuanto corsario, pirata o bandido necesitara de sus servicios. Su gordura, unida a su alias, le dio el nombre a esa zona que mantiene hasta nuestros días, María la Gorda.

De regreso, nos topamos con varios cangrejos cruzando la carretera. Estos, unidos a baches en el asfalto, podían constituir un peligro inminente para pinchar un neumático y arruinar nuestro placentero viaje. Pero el BMW 523i tiene unas bellas llantas de aleación de diez rayos, calzadas con neumáticos Bridgestone 225/55 R17 con un sistema análogo al PAX y desarrollado por Michelin en 1996. Este tipo de neumático permite rodar con una llanta pinchada hasta 500 km a una velocidad de 80 km/h. Es por esa razón que el coche a prueba prescinde de goma de repuesto, otro detalle que no solo aumenta el confort, sino que también, extiende la capacidad del maletero con un volumen de 520 litros.

Parar, para fotografiar el BMW Serie 5 al borde del camino, es algo que no se puede evitar. Sin embargo, no puedes violar ninguno de los pasos necesarios para que el auto se detenga de manera segura y no emita una alarma sonora avisando que algo anda mal. Luego de detener el auto, hay que poner la palanca de cambios en neutro (N). Inmediatamente, sin quitar el pie del freno, hay que oprimir el botón superior de la palanca para que caiga en parqueo (P) y finalmente activar la emergencia, una palanquita electrónica situada en la columna central.

Camino a la ciudad de Pinar del Río nos sorprendió un fuerte aguacero. De inmediato se activaron, automáticamente, las luces y los limpiaparabrisas que varían su velocidad al compás de la lluvia. Las luces, también se encienden cuando cae la tarde, siempre y cuando esté activado el modo automático. Los mandos al volante suman puntos a favor del confort: a la izquierda el control de la velocidad crucero y a la derecha los mandos del equipo de sonido y el teléfono (manos libres) con conexión Bluetooth.

Regresar a la Autopista Nacional, que une las ciudades de Pinar del Río y la Habana, es el momento ideal para apretar el motor BMW. Con configuración L6, seis cilindros en línea, 3.0 litros de desplazamiento, doble árbol de levas en cabeza (DOHC), cuatro válvulas por cilindro (24 en total) e inyección directa de combustible, entrega una potencia de 204 CV a 6 100 rpm y un par motor máximo de 270 Nm a partir de las 1 500 rpm.

Con la caja de cambios colocada en el modo DS, pisamos a fondo el acelerador. La respuesta fue impresionante. En segunda velocidad llegó a 80 km/h, en tercera 130 km/h, en cuarta 150 km/h y en quinta 210 km/h, todos estos cambios de marcha los realiza, de manera automática, cuando el motor arriba a la 7 500 rpm. Cuando cae la sexta marcha mantiene los 210 km/h, mientras que el tacómetro baja hasta las 5 500 vueltas. Rápidamente suben ambos relojes (velocímetro y tacómetro) marcando 220 km/h y 6 000 rpm, respectivamente. En la séptima velocidad, las revoluciones del motor descienden hasta las 5 000 rpm y otra vez se impulsan ambos relojes hasta registrar 235 km/h a 5 500 rpm.

El tráfico nos obligó a reducir velocidad, pero no daba mucho más ya que la octava marcha está diseñada para disminuir consumo de combustible, algo que en ese modo  automático deportivo (DS) o secuencial manual (M) aumentan considerablemente. Tanto que registrando una autonomía de 64 km nos avisó, de manera visual y sonora, que caíamos en reserva de combustible. Inmediatamente después que pasamos al modo de transmisión D y rodamos a una velocidad promedio de 120 km/h, desapareció el aviso en el panel de instrumentos.

Recorrimos en el BMW 523i alrededor de 650 km, con un consumo medio de combustible de 11 l/100 km. Claro, en condiciones normales y viajando en directa puede bajar de 10 l/100 km, sobre todo en carretera. Y es lógico, porque aunque cuenta con un motor de 204 CV, tiene que mover los 4.9 metros de carrocería que, sumando los pasajeros, pesa poco más de 1 700 kg.

Resumiendo, el BMW 523i es una berlina medio alta del segmento comercial E, que destaca por su elegancia y espíritu deportivo. La dirección, transmisión, estabilidad en carretera y frenos, de discos en las cuatro ruedas y ventilados en el tren delantero, son de primerísimo nivel. Por otra parte, los mandos al volante, el arranque por botón, los mandos automáticos de luces y limpiaparabrisas y la ausencia de goma de repuesto, son puntos que acentúan sobremanera el confort.

Excelecias del Motor realizó este viaje de prueba con la colaboración de la firma italiana Resigum, la agencia de viajes Excelencias Travel y la rentadora de autos Rex.

Créditos
Willy Hierro Caveda