Citroën C4 Sedán, por diferente no deja de ser bueno

Creado: Dom, 16/01/2011 - 13:10
Créditos
Willy Hierro Caveda
Citroën C4 Sedán, por diferente no deja de ser bueno

Aunque a simple vista parece un sedán clásico, cuando te encuentras en su interior comienzas a apreciar la diferencia. Digo esto porque no es común un volante que mantenga estático su interior y un salpicadero donde se ausentan los habituales relojes circulares tras el timón. El tacómetro, pequeño y estrecho sí está tras el volante,  pero el velocímetro, odómetro, registro de temperatura y nivel de combustible, entre otros, se ubican en una pantalla central toda digital y monocromática.

Está fue mi primera visión de un auto que impresiona por su tamaño –un coche del segmento C con una longitud de 4.79 metros-, el espacio interior y la capacidad del maletero (513 litros). Este Citroën C4 Sedán, de factura argentina, lo puso en nuestras manos José Luis López, presidente de Zepol Marín (una firma que representa a la marca francesa en la Isla), para realizar una prueba de manejo.

Con una motorización diesel 1.6 HDi, de 110 CV, el C4 Sedán se mueve muy bien dentro de la ciudad. El par motor máximo de 245 Nm, a partir de las 1 750 rpm, permite doblar curvas en tercera velocidad y la cuarta marcha es muy elástica a diferentes regímenes del motor. En la noche, comprobamos la eficiencia de las luminarias delanteras, las traseras y la instrumentación. En la parte superior del centro del volante, parece una pequeña pantalla donde se indican: en color verde (las luces de posición, dirección, cruce y neblineros delanteros), azul (luz de carretera) y naranja (neblineros traseros).

El volante merece un punto y aparte, no solo por su diseño estático al centro, sino por la cantidad de mandos con que se dispone sin apartar las manos de él. Arriba, a la izquierda, el regulador y  limitador de velocidad. A la derecha, los mandos del sistema de audio. Debajo, a la izquierda, los mandos de funciones operacionales: reóstato de alumbrado de los indicadores, lanzamiento del reconocimiento de voz, descolgar y colgar el teléfono, una tecla personalizable y otra para reciclar el aire acondicionado. A la derecha, los mandos de la pantalla multifunción, acceso al menú general, selección de función, validación y anulación de la aplicación seleccionada. Todo un conjunto que aumenta el confort y la seguridad al conducir.

En un principio, pensando en el viaje por carretera, decidimos dirigirnos al este. Sin embargo, la llegado de un frente frio que trajo algo de lluvia, nos hizo girar el volante hacia el oeste en dirección al a provincia más occidental de Cuba. El objetivo fue llegar hasta el Complejo Turístico Las Terrazas, no obstante, su cercanía con la ciudad –unos 60 km- nos dejó con ganas de conducir el sedán C4 de Citroën. De esa manera llegamos hasta Las Barrigonas, un pequeño pero acogedor centro comercial donde destacan su cafetería, guarapera, restaurant al aire libre y tienda.

Fueron más de 140 km recorridos en la ida. Aprovechamos un tramo de carretera, donde no había tráfico, para acelerarlo a fondo. En tercera velocidad alcanzó, a 4 500 rpm, 120 km/h. En cuarta, a 4 000 rpm, 150 km/h y en directa (quinta velocidad), girando el motor 3 900 rpm, marcó en el velocímetro 191 km/h, íbamos a tope. Luego rodamos tranquilos, entre 100 y 120 km/h. Digo rodamos tranquilos, porque lo hacemos por la Autopista Nacional, la vía más rápida de Cuba.

De regreso, paramos donde en principio pensamos que fuera nuestro descanso parcial, Las Terrazas. Ahora, enclavada en la nueva provincia de Artemisa, este complejo turístico ecológico cuenta con múltiples rincones de incalculable belleza. Ya lo habíamos visitado en otras ocasiones, pero nunca habíamos llegado hasta la Hacienda Unión, fundada en los primeros años del siglo XIX. Fue creada por una familia francesa, con el objetivo de cultivar café. Llegaron a poseer, para ese fin, una dotación de noventainueve esclavos. Ahora, es un magnífico destino turístico que conserva las ruinas del cafetal Unión, un jardín de plantas tropicales y flores de valor ornamental y la Casa del Campesino.

En la Casa del Campesino, no solo disfrutas del ambiente propio de un bohío: el aroma del guano y la madera, árboles frutales que además nos regalan su agradable sombra y los animales domésticos en el patio. Donde la Casa del Campesino pone su sello es en la comida, un exquisito almuerzo criollo que, en nuestro caso, se compuso de: carne de cerdo asada, arroz blanco, frijoles negros, chicharritas de plátano y de postre flan de leche.

Luego, nuestro Citroën C4 Sedán puso el morro en dirección a La Habana. Es impresionante su bajo consumo, sobre todo en carretera, a una velocidad promedio de 120 km/h. La consola central dispone del equipo de sonido radio/CD una pantalla multifuncional donde se visualizan las operaciones del sistema de audio, consumo de combustible –puntual, parcial y promedio- y el menú general, entre otras informaciones. Más abajo, los controles del aire acondicionado. En el caso de la versión que probamos, los controles son analógicos y mono zonal a pesar de tener un mando de flujo de aire en la fila trasera. Sin embargo, el C4 Sedán puede venir equipado de climatizador de dos zonas con mandos digitales. Además, de un equipo de sonido con lector MP3 y entrada auxiliar USB.

Resumiendo, probamos un coche que su sobriedad no opaca su elegancia, que tanto por dentro como por fuera te hacen creer que se trata de un auto de gama superior. Con una potencia decente y un consumo de ensueño el Sedán de Citroën no solo es fácil de conducir en la ciudad, sino que te invita a tomar carretera en busca de destinos lejanos. Además, su mando de cierre a distancia y los múltiples controles eléctricos hacen muy placentera la vida a bordo. Finalmente, lo más destacado, a nuestro juicio, es el espacio interior y la capacidad de maletero, prácticamente inigualables en su segmento comercial.

Créditos
Willy Hierro Caveda