Hay quien gusta de salir a tomar unas copas con unos amigos, con su chica o con un familiar. Es lo normal. Pero nunca habíamos tenido noticia de alguien que se lleva a su mascota para estos menesteres y menos cuando el animal en cuestión es una cebra. Imaginad la escena. Reiter, un norteamericano de 55 años al que los años le han castigado bastante, conduce su coche con una cebra y un loro en el asiento del copiloto. Al parecer, estos animales se lo pasan bomba viajando en el coche de su dueño.
Con tan ‘zoológica’ compañía llega a su bar habitual, se baja del coche y entra en el local acompañado de ambas mascotas ante la mirada atónita del dueño, que, tras el 'shock' inicial, le recuerda que no se permiten animales en su establecimiento. El hombre se indigna, asegura que en otras ocasiones había llevado a sus animales consigo al bar y se niega a que su cebra y su loro se queden encerrados en el coche.
A esta bizarra y surrealista fiesta se une la policía. Reiter ya llegaba al bar con unas copas de más, según confirmaron los agentes tras hacerle la prueba de la alcoholemia. La cara de los agentes al descubrir con qué compañía viajaba en el coche este amante de los animales tuvo que ser de órdago. Seguramente ambos policías están hartos de parar a conductores con unas copas de más al volante, pero, ponemos la mano en el fuego, jamás se habrán cruzado con una persona ebria con semejante pareja de bestias en el asiento del acompañante. Ver para creer.