Si las cosas del mundo automotor estaban ya bien complicadas, la entrada cada vez más fuerte de los productores chinos le da otra vuelta a la tuerca y lleva la tensión a extremos impresionantes. Ahora, desde México se anuncia el inmediato inicio de la construcción de una planta ensambladora de la empresa china ZX Auto, con financiamiento conjunto de la firma norteamericana Chamco Auto.
La carta de intención firmada pone la planta en Tijuana con un desembolso inicial de unos 300 millones de dólares, creando empleos para unas 3000 personas. La expansión de la industria automotriz China se reafirma así como la más rápida de la historia del automóvil, pasando en apenas quince años de maquiladores de autos para otros, en buscadores y creadores de maquilas: incluso en otras regiones del mundo.
La nota triste será para Latinoamérica, definitivamente relegada a campo de batalla del resto del mundo: desde las aún poderosas y mayoritarias marcas norteamericanas hasta las exclusivas y pragmáticas máquinas alemanas. De cualquier forma se piensan producir hasta 150 000 vehículos, entre todoterrenos y camionetas, para venderse en Canadá, Estados Unidos y México.
En este último comenzarán a operar el próximo septiembre 25 agencias de la subsidiaria ZX Auto Grupo México.