El perro bulldog, logotipo de los camiones Mack

Creado: Vie, 27/05/2011 - 13:13
Créditos
Willy Hierro Allen
El perro bulldog, logotipo de los camiones Mack

Hace más de un siglo, John ”Jack“ Mack construyó su primer vehículo automotor que, aunque cueste trabajo creer, no fue un camión sino un ómnibus de 20 plazas, con motor de 4 cilindros, cloche de cono y caja de tres velocidades, era el año 1900. La calidad de este equipo fue el cuño que hizo a Mack una de las marcas de camiones más prestigiosas de Estados Unidos y, luego, mundialmente reconocida por su solidez y eficacia.

En 1911, Mack es el mayor fabricante de camiones en Estados Unidos con una venta superior a las 600 unidades anuales. En 1914 aparecen los modelos AB, primeros camiones construidos en serie. Tenían transmisión por cadena al eje trasero y han aparecido algunas versiones con doble tracción: dos cadenas, una a cada lado (derecho e izquierdo) del eje trasero. En 1915 aparece una nueva serie la llamada AC. Nadie tenía la más mínima idea del rol que jugaría este camión en la historia de Mack Trucks.

Cuando los Estados Unidos entran en la Primera Guerra Mundial, miles de camiones Mack AC son enviados al frente de batalla. En el curso de la llamada ”campaña francesa“, la mayoría de los camiones cargados de tropas inglesas, se atascaban cuando el fango llegaba a la altura del eje trasero, pero cuentan que los camiones Mack AC no se detenían ante nada, lo cual les fue dando fama de ”imparables“.

La fama de este camión y su durabilidad cosecharon muchos éxitos, de ahí que estuvieran en producción durante 24 años. Fueron útiles tanto en la guerra como en la paz. El modelo tenía  disponible múltiples opciones y fueron evolucionando constantemente, hasta que dejaron de fabricarse definitivamente  en 1937. Para entonces, la cifra de vehículos construidos de este modelo pasaba las 55 000 unidades.

Durante la guerra, Mack abastece ampliamente de camiones y otros vehículos a los ejércitos inglés y americano y así se mantiene  hasta el final de la Primera Guerra Mundial. Por todas sus cualidades y por la forma de su capó: de nariz chata, así como su tenacidad feroz, los militares británicos, jocosamente, comenzaron a llamarlos ”Bulldog“, en alusión al muy conocido perro de dicha raza.

En 1922, alguien en la dirección de camiones Mack, con cierto astuto instinto de marketing, aprovechó aquel ”apodo inglés de la guerra“ para institucionalizarlo como marca registrada. De esta manera, apareció por primera vez la imagen del perro bulldog  en una placa de acero atornillada al costado de los camiones Mack, en el modelo AB de ese propio año 1922.

Finalmente el bulldog se ”montó“ en el capó del Mack, diez años después (1932), en medio del boom de la construcción en los Estados Unidos. Todo el país se modernizó en los años previos y posteriores a la Segunda Guerra Mundial y esa prosperidad viajó en camiones Mack: la presa Hoover, en Centro Rockefeller, el canal del San Lorenzo y el túnel Lincoln, fueron algunas de las muestras de esta bonanza.

Durante la fabricación del observatorio estelar del Monte Wilson, en California, los camiones Mack, como bestias de carga, treparon por los estrechos y peligrosos caminos de montaña, llevando los útiles y herramientas de construcción necesarios. Ante tan buenos servicios, los afamados constructores de esas obras monumentales que engrandecían el país, para resaltar la solidez de su trabajo, acuñaron la frase: ”Hecho como un camión Mack“.

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Willy Hierro Allen