El pick-up Dodge del futuro, 45 años atrás

Creado: Lun, 24/05/2010 - 01:50
Créditos
Willy Hierro Allen
El pick-up  Dodge del futuro, 45 años atrás

Han pasado 45 años (1965-2010) desde que los hermanos Alexander (Mike y Larry) dieron a conocer su concepto del pick-up americano del futuro y todavía no hay nada parecido. Y no es que las camionetas no se hayan  modernizado, sino que aún no llegan a la imaginada por el diseñador Harry Bentley Bradley, lo cual deja abiertas muchas interrogantes. ¿Cómo es este pick-up futurista?

Famosos por su show cars en los años 60, Mike y Larry (los hermanos Alexander) pensaron y construyeron diferentes autos de factura propia, especialmente los llamados Hot Road, con los que consiguieron estar en la portada de importantes revistas de la época, como Hot Road Magazine. En 1965 se dieron a la tarea de hacer realidad el pick-up diseñado por Harry B. Bradley. Y salió el Dodge Deora Concept.

Realizado en conjunto por los hermanos Alexander y Harry B. el Dodge Deora es un pick-up concepto que hoy, no obstante tener 45 años de antigüedad en un sector que cambia de temporada en temporada, luce futurista de veras. Y es que los conceptos manejados tienen actualmente plena vigencia. Veamos algunas de sus características.

Para fabricar este revolucionario pick-up concept, se basaron en un Dodge A-100, una pequeña camioneta que tuvo además su versión de furgoneta. La peculiaridad del A-100 es que el motor va debajo del habitáculo y así deja todo el resto de la carrocería para carga. Hoy día muchas furgonetas tienen esta misma configuración.

No se ve nada extraño hasta ahí. Pero hay novedades. El Deora no tiene puertas laterales (lo que contribuye a su línea futurista), sino que se entra a la cabina por el frente, que abre similar al portón trasero de un auto de turismo 5 puertas: hacia arriba.

La carrocería se redujo en altura hasta 1.45 metros y se corrió un poco más hacia delante la cabina, para ir sentados sobre el eje delantero y disponer de mayor superficie de carga. Una curiosidad: el parabrisas fue la ventana trasera de un Ford familiar de 1960.

Dentro del habitáculo hay grandes diferencias: el novedoso timón (que fue también de un Oldsmobile de la época), los relojes a la derecha (cuanta-millas y tacómetro) y a la izquierda (combustible, temperatura presión de aceite), ninguno al centro, frente al volante.

Hubo que hacer múltiples trabajos de ingeniería para convertir el A-100 en Deora, lo cual incluyo desplazar el motor, que por cierto, es un simple  Slant-Six (de seis cilindros en línea), nada parecido a las poderosas máquinas que mueven hoy a los pick-up. Hasta la palanca de cambios (tres velocidades) tuvo modificaciones.

La refrigeración es forzada por medio de dos ventiladores eléctricos que están situados bajo el motor. Una solución muy ingeniosa resultó la luminaria trasera, oculta para evitar golpes y bien visible por su gran magnitud y extraordinario reflejo que produce el metal bruñido al encenderse en contraste con la madera de la cama de carga.
 

Créditos
Willy Hierro Allen