Fue protagonizado por tres personas: dos ingleses y un español, a bordo de uno de los emblemáticos autos taxis londinenses. Casi 35 000 km en cuatro meses y medio. Fue una de esas complejas carreras de las cuales conversan los taxistas en sus ratos de ocio: ”el viaje fue bien largo amigo, figúrate que atravesamos 17 países…“
En el servicio de taxis europeos se ha disparado el kilometraje de las carreras contratadas tras la erupción del volcán islandés Katla, que ha llenado e humo el cielo del viejo continente dificultando los vuelos comerciales programados por las aerolíneas locales. Esta contingencia ha traído grandes pérdidas a la aviación, pero a su vez, ha multiplicado los largos viajes por tierra.
Se dice que los más beneficiados por la acción del volcán Katla, son los taxistas, que negocian viajes kilométricos con los pasajeros desesperados por viajar a ciudades y hasta países más o menos cercanos. Así, cualquier pasajero ”apurado“ puede tranquilamente pagar más de cinco veces el valor de un pasaje de avión para llegar a su destino en taxi. Estos hasta que se le bajen los humos al Katla.
Y ha despertado la memoria de largos e inolvidables viajes en taxi, famosos por su exagerada distancia. Se 
cuenta de dos finlandeses que viajaron 24 000 km en un taxi. Pero fueron superados en 1994, en que tres personas: los ingleses Jeremy Levine y Mark Aylrtt, acompañados del español Carlos Arrese, quienes cubrieron en un taxi casi 34 908 km. Este récord parece imbatible porque ya lleva unos 16 años incólume.
Salieron de Londres, capital de la Gran Bretaña, el 3 de junio y estaban de vuelta en el mismo lugar, el 17 de octubre. Su viaje llegó hasta Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. En la hazaña participaron cientos de personas y millones la siguieron por la prensa, que la tituló: el Maratón del Taxi de Londres.
El Príncipe de Edimburgo (marido de la Reina de Inglaterra) la oficializó y dio la arrancada a las puertas del Palacio de Buckingham e involucró a todas las embajadas británicas de los países que cruzó y al Foreing Office, además, contó con el apoyo de la Asociación Nacional del Taxi de Inglaterra.
Cuando el cansado motor ”gripó“, las piezas llegaron en valija diplomática. Fue un viaje de ida y vuelta entre Londres y Ciudad del Cabo. ¿El costo de tan famosa carrera? Exactamente 64 656 dólares, al menos eso dicen marcaba el taxímetro.