Quién piense que los actuales bólidos de Ferrari son caros, entérese que un ejemplar 250 Testa Rossa de 1957 puede alcanzar un precio de hasta 10 millones de dólares, con crisis y todo. Al hecho de tratarse de un Ferrari el 250 Testa Rossa (TR) añade el atractivo de ser un auto exclusivo, pues solo 21 unidades se fabricaron entre los años 1957 y 1958.
La saga 250 TR ayudó a construir el mito Ferrari con 10 victorias en 19 pruebas hasta el año 1961, incluyendo un primer puesto en Le Mans. Además de competitivo, es un coche absolutamente bello. Su carrocería estaba construida a mano por el especialista Scaglietti y uno de sus rasgos de identidad eran los pasos de rueda delanteros, denominados pontoon-fenders – de pontón – por su peculiar forma, que contribuía a un excelente rendimiento aerodinámico, junto al resto de trabajo efectuado sobre la ligera carrocería. El propio Enzo Ferrari decía que un buen motor era la parte más importante del coche, el 250 TR no era una excepción.
Bajo su capó ronroneaba un V12 atmosférico de tres litros de cilindrada, que transmitía a las ruedas traseras nada menos que 280 CV de potencia a través de una caja de cambios manual. El propulsor era muy avanzado para su época, y poseía una alta potencia específica, además de pesar la mitad que los motores de seis cilindros en línea de sus rivales de la época: los Jaguar. Esta excelente combinación mecánica era capaz de proporcionar prestaciones excelentes gracias al contenido peso del vehículo, convirtiendo al auto en todo un coctel explosivo. Pero, sin dudas, con semejante precio es preciso contener las emociones y marchar sobre seguro.