Cuando apareció en el mercado, allá por 1978, generó grandes expectativas. Tuvo un gran volumen de producción y sus ventas fueron excelentes. Sin embargo, hoy pocos recuerdan a este modelo de Ford, tal vez por su corta vida. Cuáles fueron sus virtudes, sus defectos y, sobre todo, cuál fue su legado en nuestra columna de esta semana. Veamos.
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El Ford Fairmont es considerado un auto compacto, acorde a los estándares del mercado norteamericano, y para muchos, en el resto del mundo, un auto de dimensiones descomunales. Fue producido, por supuesto, por la Ford Motor Company pensando al ciento por ciento en el mercado de América del Norte, algo muy natural para aquel entonces.
Introducido en el año 78, el Fairmont tuvo varias versiones hasta 1983, cuando fue sustituido por el Ford Tempo. El, a su vez, había sido el sustituto natural del Ford Maverick, y tuvo su homólogo en el
Mercury Zephyr, pues recuerden que existía esa marca en la compañía del ovalo azul.
Uno de sus detalles más importantes fue el hecho de ser el primer vehículo de la compañía construido con la plataforma Fox, la cual fue utilizada para una amplia variedad de modelos posteriores, entre ellos
el Thunderbird, el Granada, el Mustang, y hasta el mismísimo Lincoln Continental. Esta plataforma fue uno de los legados más importantes de un modelo que vida fugaz, sin tiempo apenas para evolucionar. En
el inicio el Fairmont contó con carrocerías de 2 puertas, sedán de 4 puertas y 5 puertas, y una station wagon.
Algo después se añadió un coupé, con un techo diferente, conocido como Futura, un nombre que apareció por primera vez en el Ford Falcon, 17 años antes. El Fairmont Futura presentó un inusual techo de vinilo con una banda central del techo upswept, tomado del mayor Ford Thunderbird de ese entonces, y originalmente inspirado en un clásico de clásicos: el Ford Crown Victoria 1955.
El Fairmont fue un gran éxito para Ford, y el modelo de 1978 estableció el récord de producción de un nuevo modelo, eclipsando, nada menos, que el récord establecido por el mítico Ford Mustang de 1965. Personalmente, recuerdo una edición de la conocida revista Mecánica Popular de la época, donde se lo comparaba con un modelo Mercedes, ambos en un inolvidable color rosa fucsia metálico. Si bien mantuvo una convencional tracción trasera, el Fairmont fue empaquetado de manera eficiente y ofrecía una excelente relación pasajeros y espacio de carga para su tamaño. Entre sus detalles más elogiados estaba su dirección, con un sistema de cremallera y piñón muy mejorados, que le dieron un manejo mucho mejor y de mejor habilidad que su antecesor: el Maverick.