La certeza de que Toyota Motor Corp. es ya el tercer puesto dentro del mercado norteamericano, echando a bolinas el mito de los ”Tres Gigantes Americanos“, así como el recién anuncio por varios de sus directivos de estar listos para arrojar a Ford de su histórico segundo lugar ha despabilado a esta última compañía. Declaraciones de su Director Ejecutivo, Alan Mulally, enfatizan que Ford está adelante en su cronograma de revitalización.
Realmente este programa de ”revitalización“ es una reducción en toda la línea, luego de las pérdidas por cerca de 7 billones de dólares en los primeros nueve meses de 2006. Este plan incluye el cierre de siete plantas de ensamblaje y el recorte de unos 30 000 empleos hasta el 2010, el 29 % de su fuerza laboral en Norteamérica. Además, para complementar este esfuerzo desesperado de reducción de costos, Ford buscará una mejor coordinación de sus actividades globales, consolidando su red de distribuidores y revisando su portafolio mundial de marcas, aunque desechando de momento la tan comentada venta de sus marcas Jaguar y Land Rover.
No obstante la revisión a largo plazo del rol de ambas dentro de la estructura de la compañía continúa sin variación, enfocando los esfuerzos principales en la salida de nuevos modelos y ajustando la producción a las demandas reales. Con estos planes Ford espera sanear sus finanzas y regresar a reportar beneficios para el 2009.